La orquesta juvenil de Cámara y la compañía juvenil de ópera del Teatro del Liceu de Barcelona ha presentado esta semana la ópera bufa en un acto"El Doctor Milagro " (Le Docteur Miracle) de Georges Bizet. Es una de sus primeras obras (la compuso cuando tenía 18 años) y bastante poco difundida.Representa su segunda ópera (la primera fue La maison du docteur). El libreto pertenece a Léon Battu y Ludovic Halévy y fue compuesta en 1856 para un concurso, se interpretó en 1857 y luego la partitura desapareció hasta que se publicó en 1962.
En esta ocasión, y dadas las condiciones del escenario (se realizó en elmaravilloso patio de la Universidad de Letras de Barcelona) fue imposible contar con la traducción simultánea. Para ello se introdujeron seccionesetatralizadas mediante las cuales se lograba poner en tema al público luego de cada secuencia musical. Quizáseneste aspectohubo una elección algo desacertada al hacer quedos de los cuatro intérptretes hablasen en catalán y dos lo hicieran en castellano. A pesar de ello tanto la interpretación musical como la teatral de los cuatro personajes (soprano, alto, tenor y bajo) fue excelente.
La orquesta, reducida a la mínima dimensión posible, se ajustabamuy bien al contexto; pequeña, concisa y precisa.No podemos esperar encontrar en esta partitura el encanto y pasión de las arias de Carmen, sin embargo representa un reto técnico nada fácil para los cantantes.
Como toda ópera bufa, el contenido argumental es sencillo: un soldado, enamorado de una joven protegida por su padre, complotándose con la madre, logra entrar en la casa haciéndose pasar como sirviente. La joven también cree que es un sirviente y desatiende sus aproximaciones. El padre descubrirá que es el soldado que habitualmente cortejaba a su hija y lo echa de casa. Poco después el padre comienza a tener los efectos de un aparente envenenamiento producido por la tortilla que el "sirviente"le había preparado yno queda más remedio que recurrir al Doctor Milagro. Esta vez disfrazado de doctor, el soldado le ofrece un tónica revitalizante a cambio de la mano de su hija. El padre no duda en aceptar la proposición y, tras ingerir el tónico descubre la verdad y no le queda más remedio que aceptar al solado como yerno.
Bizet es uno de esos compositores que en realidad son conocidos escasamente.
viernes, 18 de junio de 2010
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