IL RITORNO D.ULISES

IL RITORNO D.ULISES
PARTITURA

MOTIVO BACH

MOTIVO BACH

EL ANILLO DE LOS NIBELUNGOS

EL ANILLO DE LOS NIBELUNGOS
MANUSCRITO ORIGINAL

CARMEN....PARTITURA

CARMEN....PARTITURA

PUCCINI

PUCCINI
IMAGEN INMORTALIZADA DE PUCCINI EN SU CIUDAD NATAL

sábado, 31 de julio de 2010

OBERTO

Oberto, Conte di San Bonifacio (Oberto, Conde de San Bonifacio) es la primera ópera compuesta por Giuseppe Verdi, en dos actos, con libreto en italiano de Antonio Piazza, reelaborado por Temistocle Solera. Se estrenó en el Teatro alla Scala de Milán el 17 de noviembre de 1839 con gran éxito. Se nota una gran influencia de RossiniPersonajes
Leonora, soprano.
Cuniza, soprano.
Riccardo, tenor.
Oberto, bajo.
Imelda, mezzosoprano
En Bassano del Grappa en 1228, cerca del castillo de Ezzelino da Romano, algunos caballeros festejan al conde Riccardo di Salinguerra, y lo acompañan al castillo donde va a casarse con Cuniza, hermana de Ezzelino. Poco después llega Leonora, hija del conde Oberto de San Bonifacio, que, seducida por Riccardo, quiere impedir las bodas. También llega su padre, que la ha seguido para protegerla y vengarla. Oberto y la hija son recibidos por Cuniza, a la cual Leonora confiesa lo ocurrido entre ella y Riccardo. Cuniza promete que la ayudará a obtener justicia, y después de conducir a Oberto a una estancia vecina, reúne a sus partidarios. Hace llamar a su prometido, y le muestra a Leonora, pero el conde, sin inmutarse, declara haber abandonado a la joven porque le era infiel. Mientras Leonora protesta indignada, irrumpe Oberto, que jura matar a Riccardo. Cuniza, convencida de la buena fe de Leonora, confía a una doncella que sacrificará su amor para obligar al conde de Salinguerra a casarse con Leonora. Mientras tanto, sin embargo, Oberto busca a Riccardo para batirse en duelo, Riccardo intenta evitar el encuentro, pero Oberto se lanza contra él y el otro le contesta. En ese momento llegan Leonora y Cuniza, y Cuniza ordena a Riccardo que se case con Leonora. Sin dejarse ver, Oberto propone al rival que finja consentir, pero le advierte que lo esperará en un bosque cercano para continuar el encuentro.

Un grupo de caballeros oyen golpes de espadas que provienen del bosque y se precipitan allí, pero justo en ese momento Oberto cae, herido de muerte. Riccardo, dominado por los remordimientos, huye desesperado mientras llegan Cuniza y poco después Leonora, que ha descubierto el cuerpo de su padre. Cuniza consuela a la joven prometiéndole amistad y protección, pero Leonora, sintiéndose responsable de todo lo ocurrido, decide entrar en un convento para dedicarse a una vida de expiación de sus pecados

viernes, 30 de julio de 2010

I Lombardi alla prima crociata

I Lombardi alla prima crociata (Los lombardos en la primera cruzada) es un drama lírico en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto de Temistocle Solera, basado en el poema homónimo publicado en 1826 por Tommaso Grossi. Se estrenó en el Teatro alla Scala de Milán el 11 de febrero de 1843, dirigida por el primer violín (Eugenio Cavallini) siendo sus intérpretes principales en el estreno: Giuseppe Severi- tenor (Arrigo), Prosper Dérivis- bajo (Pagano), Erminia Frezzolini- soprano (Giselda)y Carlo Guasco- tenor (Oronte). Fue un gran éxito y su estilo épico sigue y persigue continuar con la línea ya emprendida de Nabucco.

En España se estrenó en 1845, en el Teatro de la Santa Cruz de Barcelona.


Transcurridos cuatro años del estreno de “Los Lombardos” y habiendo compuesto Verdi ya seis nuevas óperas, en el verano de 1847 el maestro Verdi fue contactado en su paso por Francia por el empresario del Teatro de La Opera de París, encargándole una ópera para la inmediata temporada de otoño. El tiempo de que se disponía era muy corto, por lo cual Verdi aceptó el encargo, pero no bajo el entendido de componer una nueva ópera sino adaptando otra ya existente. La ópera elegida fue, pues, “Los Lombardos”. El libreto original de Solera fue rehecho prácticamente entero, ahora en idioma francés, por Gustav Vaëz y Alphonse Royer, creando así el de una nueva ópera que llevó por título “Jerusalem”. La completa cirugía a que fue sometida “Los Lombardos” produjo importantes cambios en la partitura misma, con supresión y adición de nuevos pasajes para la obra.
En la producción lírica de Giuseppe Verdi, "Los Lombardos" (1843)
se ubica entre "Nabucco" y "Ernani", dos de las mejores y más difundidas óperas de su primer período de composición. Si bien la obra en cuestión no alcanza la calidad general de aquéllas, es digna de atención, pues musicalmente muestra - aunque en forma incipiente- muchas de las características y cualidades que llevaron a su autor a la cima de la composición lírica en Italia. Uno de los mayores impedimentos para la difusión de "Los Lombardos" ha sido la escasa calidad del libreto de Temistocle Solera sobre este drama de los cruzados de Lombardía que participan en la conquista de los lugares santos en Jerusalén. En la exposición dramática reina la confusión ante una verdadera profusión de personajes, ambientaciones exóticas y situaciones imposibles, que derivan en una obra fragmentada, de escasa unidad temática y en cuyo texto se encuentran algunos de los versos de peor gusto escritos por un libretista lírico italiano.
Verdi responde con una partitura musical que lógicamente resulta dispareja, pero que sorprendentemente se eleva muy por encima de esta confusa fuente de inspiración dramática. Ello se explica en parte porque algunas características generales del libreto favorecen en cierta medida el estilo de composición musical verdiano de este período. En primer lugar la mencionada fragmentación del drama resulta en muchas escenas de breve extensión, lo que el músico solicitó en repetidas ocasiones a sus libretistas para la aplicación de su técnica musical. Por otra parte, el libreto mezcla conflictos personales con la situación política y religiosa de la época, aspecto muy afín al compositor y presente en varias de sus grandes óperas de plena madurez como "Simon Boccanegra", "Don Carlo" y "Aida".
La disposición del desarrollo dramático resulta en una partitura envuelta en un marco coral muy rico, variado y atractivo, ya que el coro es un elemento que Verdi trata en forma excelente y muchas veces grandiosa, tanto en los solos como en los grandes conjuntos. Finalmente, en los comienzos de su carrera, la diversidad de situaciones permite a Verdi enfrentar por primera vez la musicalización de muchos aspectos dramáticos que desarrollaría plenamente en su madurez. En "Los Lombardos" prácticamente consigue tal plenitud en una ocasión: la escena del bautismo y muerte de Oronte, príncipe de Antioquía, enamorado de Giselda, la hija del jefe cruzado de los lombardos, da origen a un espléndido trío pocas veces igualado por el mismo autor en belleza melódica, armonía vocal y expresión dramática. En resumen, a pesar de la debilidad del libreto, el músico logra extraer los aspectos básicos de las situaciones dramáticas, independientemente de la lógica de los motivos que las determinan, logrando un retrato musical de los personajes que ya contiene su característica sinceridad dramática, además de un fuerte y apasionado impacto musical, especialmente para el público verdiano incondicional
Jerusalem” (adaptacion de la obra: Los Lombardos de G.Verdi)
Se desarrolla en cuatro actos. El primero tiene lugar en la ciudad francesa de Toulouse en el año 1095, poco después del Concilio de Clermont. Los otros tres actos se ubican en Palestina, en el año 1099.


Acto I (Palacio del Conde de Toulouse)
A punto de partir en las Cruzadas, el Conde de Toulouse concede a su hija Helena en matrimonio a Gastón, Visconde de Bear, con cuya familia él ha estado largo tiempo enemistado. Roger, hermano del Conde, ama a Helena, y para terminar con los celos que le provoca Gastón, decide darle muerte contratando a un asesino a sueldo. Por una confusión en las vestiduras, el mercenario se equivoca y hiere gravemente al Conde en vez de a Gastón. El malhechor es perseguido y capturado. Pero en su confesión acusa a Gastón del crimen al garantizarle Roger su seguridad. Los caballeros cruzados recriminan duramente a Gastón por tan vil acción pero frenan su decisión de castigarlo por la inminente partida a Tierra Santa. Todos se van hacia los lugares sagrados y el malvado Roger queda con sus remordimientos.

Acto II- Escena primera
(Montañas de Ramla, cerca de Jerusalén, en Palestina): Roger es ahora un ermitaño y está arrodillado a los píes de una cruz. Durante tres años ha errado por el desierto buscando expiar su culpa y pidiendo el perdón del cielo. Ha prometido a Dios morir cuando haya capturado el Santo Sepulcro de manos de los musulmanes. Gastón también va de camino a Palestina. Helena, que lo cree muerto, recibe noticias cerca del campamento de los Cruzados de que Gastón ha sido apresado por el Emir de Ramla. Con la certeza de su inocencia, Helena decide verlo. Peregrinos a punto de morir de sed en el desierto son salvados por la llegada de los Cruzados. Roger va a su encuentro y queda estupefacto al ver con vida a su hermano, el Conde de Toulouse, quien no murió y se recuperó de sus graves heridas, pero este no le reconoce.
Acto II- Escena segunda.
(Palacio del Emir de Ramla.): El Emir ha sido informado que una mujer cristiana con ropajes orientales ha sido vista en la ciudad. Se trata de Helena, que es llevada ante el Emir. Este, con la sospecha que ella se conoce con Gastón, los deja solos esperando que uno traicione al otro. El encuentro es motivo de éxtasis, sólo oscurecido por el pensamiento de Gastón de que en algún momento recibirá el castigo de los Cruzados. Cuando el ambiente se alborota por la llegada de éstos, Gastón y Helena deciden escapar, pero son detenidos por los soldados del Emir.


Acto III- Escena Primera
(Jardines del Harem del Emir): Las mujeres del harem cantan y bailan (Es este el momento de un extenso pasaje de ballet). Helena está desesperada. Es objeto de burla por parte de las otras mujeres. La situación cambia bruscamente cuando llega el Emir. Ordena que se de muerte a Helena si los cristianos, que ya han comenzado el ataque, triunfan en su intento de tomar la ciudad. Gastón trata de unirse a Helena, pero son descubiertos por el Conde y los cruzados cuando irrumpen en el harem. El Conde se enfurece al ver a su hija con su supuesto asesino. Los Cruzados piden la muerte de Gastón, a la vez que Helena asegura su inocencia.
Acto III- Escena Segunda. (Una plaza en Ramla): Una solemne procesión fúnebre lleva a Gastón al centro de la plaza. Un enviado Papal anuncia que al día siguiente Gastón será ejecutado, pero primero será deshonrado. Y así, a la vez que un heraldo declara su vergüenza, otro se encarga de destruir su casco, su armadura y su espada. Sufriendo más con la pérdida de su honor que con el pensamiento de su próxima muerte, Gastón continúa sus protestas, señalando que es inocente del crimen del que se le acusa.


Acto IV- Escena Primera
(Campamento de los Cruzados, en el Valle de Josafat, cerca de Jerusalem): Los Cruzados rezan antes de la batalla pidiendo el amparo divino. Roger aparece y confía en que encontrará la muerte en el asalto a la Ciudad Santa. Al ser venerado por los Cruzados como un hombre santo, le piden que de consuelo a Gastón antes de ejecutarlo. Cuando es traído Gastón, Roger pide quedarse a solas con él. Se les une Helena, que protesta por la crueldad de Dios. Roger le asegura que la inocencia de Gastón triunfará y da a éste una espada para tomar parte en la batalla que ya se acerca.
Acto IV- Escena Segunda
(Tienda del Conde de Toulouse en el campamento de los Cruzados): La batalla ha sido ganada y los Cruzados toman el control de Jerusalén. Entre los caballeros que han liderado el asalto hay un desconocido que aún lleva su cabeza cubierta por un casco. El Conde quiere saber su identidad. El caballero descubre su cabeza y con sorpresa se reconoce a Gastón, quien no tarda en pedir el castigo que le espera. Pero aparece Roger, mortalmente herido, confesándose como el verdadero culpable, pidiendo perdón por su crimen, y proclamando la absoluta inocencia de Gastón. En sus últimos minutos de vida, Roger pide ver la ciudad conquistada. Se abre un extremo de la tienda y Roger muere en paz observando Jerusalén y escuchando un himno a la victoria de los Cruzados.

jueves, 29 de julio de 2010

OBRAS NO OPERISTICAS DE VERDI

Entre las obras no operísticas de Giuseppe Verdi destacan:

Misa de Réquiem (1874)
Messa per Rossini (1869) (estrenada en Stuttgart en 1988) (compuesta con otros compositores)
Inno delle Nazioni (Himno de las naciones) (1862)
Cuatro Pezzi Sacri (primera audición el 7 de abril de 1898), una de sus obras tardías;
Cuarteto de Cuerdas en mi menor (1873)
Te Deum para coro y orquesta
Suoni la tromba (1848) himno patriótico con letra de Giuseppe Mameli.
Ave María (1880) para soprano y cuerdas
Canciones:
Sei Romanze (1838)
Non t'accostar all'urna (Jacopo Vittorelli)
More, Elisa, lo stanco poeta (Tommaso Bianchi)
In solitaria stanza (Jacopo Vittorelli)
Nell'orror di note oscura (Carlo Angiolini)
Perduta ho la pace
Deh, pietoso, o addolorata (Luigi Balestra)

L'esule (1839) (Temistocle Solera)
La seduzione (1839) (Luigi Balestra)
Guarda che bianca luna: notturno (1839) (Jacopo Vittorelli)
Album di Sei Romanze (1845)
Il tramonto (Andrea Maffei)
La zingara (S. Manfredo Maggioni)
Ad una stella (Maffei)
Lo Spazzacamino (Felice Romani)
Il Mistero (Felice Romani)
Brindisi (Maffei)

Il poveretto (1847) (Maggioni)
L'Abandonée (1849) (Escudier?)
Stornello (1869) (anon.)
Pietà Signor (1894) (Verdi y Boito)
Obras Perdidas
Verdi escribió gran cantidad de obras para la orquesta aficionada de Busseto. Pero ninguna de ellas se conserva, ya que él mismo las destruyó

martes, 27 de julio de 2010

FALSTAFF ... VERDI

Falstaff es una ópera en tres actos compuesta por Giuseppe Verdi, sobre un libreto de Arrigo Boito, basado en la pieza The Merry Wives of Windsor (Las alegres comadres de Windsor) de Shakespeare.

Fue la última ópera compuesta por Verdi, escrita por el compositor en su novena década, y siendo sólo la segunda comedia de entre sus treinta y seis óperas. Es además la tercera ópera de Verdi basada en una obra de Shakespeare, luego de Macbeth y Otello.

Fue estrenada el 9 de febrero de 1893 en el Teatro de la Scala de Milán, con gran éxito.
Personajes
Personaje Tipo de voz Primer Intérprete
Sir John Falstaff, caballero obeso Barítono Victor Maurel
Mr Ford, caballero rico Barítono Antonio Pini-Corsi
Alice Ford, su esposa soprano Emma Zilli
Nannetta, su hija soprano Adelina Stehle
Meg Page, dama adinerada mezzo-soprano Virginia Guerrini
Mrs Quickly, amiga de Alice contralto Giuseppina Pasqua
Fenton, enamorado de Nannetta tenor Edoardo Garbin
Dr Cajus, prometido de Nannetta tenor Giovanni Paroli
Bardolfo, secuaz de Falstaff tenor Paolo Pelagelli-Rossetti
Pistola, secuaz de Falstaff bajo Vittorio Arimondi
Posadero personaje mudo Attilio Pulcini
Robin, paje de Falstaff personaje mudo
Parte I
El anciano y corpulento Sir John Falstaff, alojado con los sirvientes Bardolfo y Pistola, cerca de la Hostería de la Jarretera, se propone conquistar dos damas bellas, y ricas, Alice Ford y Meg Page. Con este fin obliga a sus sirvientes a entregar a las dos comadres, al mismo tiempo, cartas de amor, que resultan ser completamente idénticas.

[editar] Parte II
La circunstancia provoca desdén y gracia en Alice y Meg, por lo que, junto a la sirvienta Quickly y a Nannetta (la hija de Alice, enamorada del joven Fenton, pero comprometida por su padre con el pedante Doctor Cajus), deciden burlar al insolente caballero, tal que no le queden ganas de comportarse como ardiente seductor.

Por otro lado, Master Ford y el Doctor Cajus, informados por los sirvientes de Falstaff de las intenciones del patrón, deciden vengarse y se preparan a enfrentarlo ideando también una trampa.

[editar] Acto II
[editar] Parte I
Mrs. Quickly envía a Falstaff un mensaje de Alice: la dama ha recibido la carta y lo espera en su casa «entre las dos y las tres», la hora en la cual el marido está ausente.

Luego que la señora Quickly ha partido, se presenta Ford, bajo el nombre falso de Señor Fontana, suplicando a Falstaff que recurra a sus renombradas artes amatorias para conquistar a Alice, de manera que ésta, perdida ya su virtud, acceda finalmente entregarse a él también. Falstaff naturalmente acepta, seducido además por la oferta de una rica paga, y asegura al falso señor Fontana que en media hora, ni bien su marido haya salido de casa, Alice caerá entre sus brazos. Por lo tanto va a vestirse y a embellecerse para la cita romántica.

El celosísimo Ford primero se desespera, después decide irrumpir en su propia casa con sus hombres para sorprender a los adúlteros.

[editar] Parte II
Mrs Quickly recibe a Falstaff, y Alice, mientras tanto, prepara un gran canasto de ropa. Arriba a la casa, muy enojado Mr Ford con sus amigos para desenmascararlos, pero las mujeres hacen a tiempo a esconder a Falstaff dentro del canasto.

En lugar de encontrarse con Falstaff, Ford descubre a su hija Nannetta besándose con Fenton. Finalmente Falstaff es lanzado en una zanja, entre medio de las risas de todos los presentes.

[editar] Acto III
[editar] Parte I
Alice revela al marido la verdad y todos - varones y mujeres - se confabulan para jugarle a Falstaff una última y espectacular burla: la comadre Quickly lo convence a encontrarse en una segunda cita con Alice y Meg, a medianoche, en el parque, vestido como Cazador Negro.

Pero el encuentro galante se transforma en fábula: disfrazados de criaturas fantásticas, todos los habitantes de Windsor envuelven al seductor, mientras una ronda de hadas y duendes (los niños de Windsor) lo atormenta y lo incita a confesar sus pecados.

En el reparto de roles, a Nannetta le toca la Reina de las hadas, y el padre pretende aprovecharse de la confusión para desposarla con el viejo Dr. Cajus; mientras explica en voz baja al doctor, indicándole también el traje que deberá usar, es oído por casualidad por Mrs. Quickly, que inmediatamente advierte a la joven.

[editar] Parte II
Finalmente Falstaff reconoce al sirviente Bardolfo y comprende que ha sido engañado una vez más.

Mientras tanto Ford desposa a aquella que cree es su hija Nannetta con el Dr Cajus pero, cuando el velo se descubre, ¡se trata de Bardolfo!

La ópera así finaliza con alegría: Ford se resigna y consiente el matrimonio de Nannetta y Fenton e invita a todos a una cena; y Falstaff halla la moraleja de la historia: «Todo en el mundo es burla».

-==Arias Destacadas==

L'onore! Ladri! - Sir John Falstaff, en Acto I, Escena 1
È sogno? o realtà - Ford, en Acto II, Escena 1
Va, vecchio John - Sir John Falstaff, en Acto II, Escena 1
Quand'ero paggio del Duca di Norfolk - Sir John Falstaff, en Acto II, Escena 2
Ehi! Taverniere - Sir John Falstaff, en Acto III, Escena 1
Dal Labbro il canto estasiato vola - Fenton, en Acto III, Escena 2
Sul fil d'un soffio etesio - Nannetta, en Acto III, Escena 2
[editar] Orquesta
Verdi incluyó en la orquesta para Falstaff:

3 Flautines,
2 Oboes,
Corno Inglés,
2 Clarinetes,
Clarinete bajo,
2 Fagots,
4 Trompas o Cornos,
3 Trompetas,
3 Trombones,
Tuba,
Timbales,
Percusión (Triángulo, Platillos, Bombo),
Arpa,
Cuerdas.
Desde el palco, Guitarra, Corno y Campanas.

FALSATFF

domingo, 25 de julio de 2010

LA TRAVIATA

La Traviata (literalmente, «La extraviada») es una ópera de Giuseppe Verdi. El texto es de Francesco Maria Piave y está basado en la novela de Alexandre Dumas (hijo) La dama de las camelias. Fue estrenada, sin éxito, en el teatro La Fenice de Venecia en 1853. La representación que se realizó un año después obtuvo, sin embargo, mucho éxito, y desde entonces su popularidad ha sido constante hasta la actualidad.

Con La Traviata, Verdi alcanzó un estilo maduro, con mayor hondura en la descripción de los personajes, mayor solidez en las construcciones dramáticas, y una orquesta más importante y rica.

Es una obra atípica dentro de la producción de Verdi por su carácter realista. No refiere grandes hechos históricos, como Nabucco, ni está basada en tragedias como Macbeth, sino que es un drama psicológico de carácter intimista.

Está dividida en 3 actos que respetan la estructura tradicional de presentación, desarrollo y desenlace.

El eje dramático de la ópera está centrado en la protagonista, Violeta Valery, a diferencia de la novela de Alejandro Dumas centrada en su amante Alfredo Germont, y hace de ella un retrato aún más idealizado, mostrándola como un ser casi angelical
Rol Tipo de Voz Primera Actuación,
6 marzo de 1853[1]
(Director: - )
Violetta Valery, una cortesana soprano Fanny Salvini-Donatelli
Alfredo Germont tenor Ludovico Graziani
Giorgio Germont, padre de Alfredo Germont barítono Felice Varesi
Flora Berboixo mezzo-soprano Speranza Giuseppini
Annina, criada de Violetta soprano Carlotta Berini
Gastone, amigo de Alfredo tenor Angelo Zuliani
Barone Douphol barítono Francesco Dragone
Marchese d'Obigny bajo Arnaldo Silvestri
Dottore Grenvil bajo Andrea Bellini
Giuseppe, sirviente de Violetta tenor G. Borsato
Sirviente de Flora bajo G. Tona
Commisionado bajo Antonio Mazzini
Lugar: París y sus afueras.
Época: Alrededor de 1850.

Acto I. En casa de Violeta

Violeta Valery, una afamada cortesana, da una fiesta en su mansión en París. Uno de los últimos en llegar a la fiesta es Gaston. Gaston llega acompañado de su amigo Alfredo Germont, que hacía tiempo que deseaba conocer a Violeta. Alfredo, una vez presentados, le expresa su preocupación por su delicada salud, y luego le declara su amor. Violeta lo rechaza, pero le regala una camelia, diciéndole que regrese cuando la flor se haya marchitado. Después de que los invitados se han marchado, Violeta analiza la posibilidad de una relación con amor verdadero, pero finalmente desecha la idea. Ella necesita ser libre para vivir su vida, día y noche, de un placer a otro.


Acto II. Escena I En una casa de campo.

Pocos meses después, Alfredo y Violeta llevan una existencia tranquila en una casa de campo, en las afueras de París -parece que Violeta se ha enamorado de Alfredo, a pesar de sus razonamientos anteriores en el sentido contrario-. Violeta ha abandonado completamente su anterior estilo de vida. Sin embargo, Alfredo descubre que Violeta ha vendido todas sus pertenencias para financiar su vida en el campo y se dirige a París para corregir la situación. Mientras Alfredo está fuera, su padre llega a la casa y le comenta a Violeta que el futuro de Alfredo y la suerte de su hermana han sido destruidas por su conexión con ella (su reputación como cortesana compromete el nombre Germont). Violeta escucha, con un creciente remordimiento, las patéticas palabras del señor Germont y decide abandonar a su amado, poniendo como excusa su deseo de regresar a su antigua y libertina existencia.


Acto II. Escena II En casa de Flora.

Para ahogar su pena, Violeta, se consume aún más profundamente en su libertinaje. Alfredo la confronta en una fiesta y la deshonra tirándole dinero que dice le debe por los servicios prestados mientras vivieron juntos. Violeta se desmaya abrumada por la enfermedad y la pena. Alfredo es desafiado a un duelo por el barón Duophol, el acompañante de Violeta, pero entonces ésta recupera sus fuerzas y confiesa su amor por Alfredo.


Acto III. En la habitación de Violeta.

Algunos meses después de la fiesta, Violeta yace en cama debido al avance de la tuberculosis. Lee una carta del señor Germont, en la que le dice que ha informado a Alfredo del sacrificio que Violeta ha hecho por él y su hermana. Alfredo (vivo después de herir al barón Douphol en el duelo) se apresura a llegar a su lado, comprendiendo al fin que Violeta se había sacrificado por él, y le suplica que lo perdone. Ella muere en sus brazos.
El preludio está integrado musical y dramáticamente al resto de la opera. En él se reproduce musicalmente el recurso utilizado por Alejandro Dumas de comenzar la novela por el final de la historia, al presentar inicialmente el tema de la agonía de violeta, profundamente triste, seguido del tema de amor.

Lentamente, la música se va animando sin perder el tono melancólico hasta concluir enlazándose con el clima festivo que estalla al comienzo del primer acto.

Uno de los momentos más brillantes y célebres de la ópera es la escena del brindis “Libiamo ne' lieti calici” al comienzo del primer acto. Se trata de una escena de conjunto, que sirve de marco para el momento de seducción entre Violeta y Alfredo. Verdi sutilmente diferencia distintos planos musicales para separar a los amantes del resto de la gente.

El tono orgulloso de Alfredo en el brindis se transforma a través de una línea melódica entrecortada y anhelante al comienzo del dúo de amor, antes del apasionado tema de amor de Alfredo, verdadero centro emocional de toda la obra. La respuesta de Violeta es un canto de coloratura, superficial que contrasta con el de Alfredo y la muestra distante de los sentimientos de aquél, hasta que paulatinamente las líneas melódicas se unen sellando el definitivo encuentro entre ambos (dueto "Un dì, felice, eterea)

El acto continúa con Violeta, sola, meditando si sería para ella una desventura un verdadero amor ("E Strano!" "Ah! Fors'e lui"), pero concluye con que ella no puede amar y debe ser siempre libre (“Sempre libera”), aunque en el segundo acto la veamos viviendo plácidamente con Alfredo.

Al comienzo del acto segundo, el aria de Alfredo “De miei bollenti spiriti” muestra su agitación emocional reforzada por el pizzicato de las cuerdas.

El punto de inflexión de todo el desarrollo dramático de la ópera reside en la escena entre Violeta y Germont, en la cual este trata de convencerla por todos los medios a su alcance de que abandone a Alfredo. Arias como “Pura siccome un angelo”, en la que Violeta recupera su melodía entrecortada, “Un dí quando le veneri” en la que Germont canta 4 notas seguidas de un adorno, motivo que repite insistentemente para conseguir su propósito de convencer a Violeta, y el “Dite alla giovine”, en la que se alcanza el punto culminante con el conmovedor “piangi” de Germont acompañado del lamento de las cuerdas, se suceden describiendo musicalmente los cambios que van sufriendo estos personajes, especialmente en Violeta a través de variaciones en la línea melódica.

Finalmente, al despedirse de Alfredo lo hace con el tema de amor del preludio, que se escucha en un tutti orquestal con un fuerte sentido dramático, el aria "Amami Alfredo!"

El preludio al acto tercero subraya el tono sombrío de la situación.

El aria “Addio del passato” termina con una plegaria donde Violeta le pide a dios piedad para “la traviata”, la extraviada, lo cual finalmente le dará el título a la ópera.

El reencuentro de los amantes se sella con el dúo de amor “Parigi, o cara, noi lasceremo”

Es de destacar al comienzo de este acto el solo de violín ejecutando el tema de amor de Alfredo, acompañado solo por un trémolo de las cuerdas, mientras que se escucha la voz de Violeta leyendo la carta de Germont, ("Teneste la Promesa") recurso que también aparece al final del acto. El uso de la voz hablada como recurso dramático le permite a Verdi entrar de lleno en el realismo, dotando a esta escena de una sobrecogedora dimensión trágica. La obra termina con el "Prendi quest´e L'Immagine", en el que Violeta muere

En el año 2010, la música de La Traviata se adaptó para Ballet.

Al ser estrenada, la obra resultó un fracaso en gran medida por la soprano escogida para el estreno, quien por tener un tamaño voluminoso (era obesa) no encajaba con el papel dramático de Violeta Valery quien muere por tuberculosis muy flaca, lo que generó al final de la ópera que el público riera a carcajadas en vez de apreciar el final trágico.

Fue la primera ópera en el cual los actores usaron trajes contemporáneos de la época (smoking y vestidos largos de dama a la usanza francesa o inglesa) ya que hasta ése momento, las óperas siempre usaban trajes históricos, correspondiente a siglos pasados u otras civilizaciones (tal como pasó en "Aída" donde usaban ropas del antiguo Egipto, "Nabucco" del antiguo Israel o "Rigoletto" que evocaba al siglo XVI del norte de Italia

sábado, 24 de julio de 2010

GIOVANA D.ARCO.....DI VERDI

Giovanna d'Arco (Juana de Arco) es una ópera dividida en un preludio y tres actos, con música de Giuseppe Verdi y libreto de Temistocle Solera, baseda en la pieza Die Jungfrau von Orleans de Friedrich von Schiller. Fue estrenada el 15 de febrero de 1845 en el Teatro de La Scala de Milán.

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Giovanna_d%27Arco"
Refleja el verdadero drama que sufrió Santa Juana de Arco. La Opera está Dividida en un preludio y tres actos, con música de Giuseppe Verdi y libreto de Temistocle Solera[1], baseda en la pieza Die Jungfrau von Orleans de Friedrich von Schiller. Fue estrenada el 15 de febrero de 1845 en el Teatro de La Scala de Milán.alcanzando un éxito considerable durante bastantes años hasta caer casi en el olvido. En la actualidad se representa muy raramente. Verdi llegó a ser el compositor más popular de la época. Italia sufría la división y sometimiento a gobiernos extranjeros. Los coros patrióticos que Verdi componía en sus primeras óperas alentaban ideas de libertad y eran ovacionados y entonados por los que luchaban por la unidad italiana.

Sus óperas encontraban la manera de fomentar dicha ilusión a través de argumentos históricos en los cuales podían expresarse anhelos de revolución intentando burlar a la censura de la época. Así siguieron “Los lombardos en la primera cruzada”, “Ernani”, “Juana de Arco”, “Atila”.
Fueron años de ansiedad y tardanza por la independencia italiana. La melodía vocal expresiva es el alma de las óperas del compositor. Tienen muchos duetos, tríos y cuartetos; y el coro juega un papel fundamental. El estilo de Verdi llegó a ser menos convencional a medida que éste fue envejeciendo, recordemos el caso de Il Trovatore; sus trabajos ulteriores tienen una agradable continuidad musical, menos diferencia entre aria y recitativo, mayor orquestación imaginativa y ricos acompañamientos.
Compositor: Giuseppe Verdi
Título original: Giovanna d'Arco
Estreno: Scala de Milán
Fecha: 1845 - 15 de febrero
Acción: Francia en el año 1429

Personajes:
CARLOS VII rey de Francia Tenor
JUANA DE ARCO hija de Giacomo Soprano
GIACOMO pastor en DomRemi Barítono
DELII oficial del rey Tenor
TALBOT comandante supremo de los ingleses Bajo
SINOPSIS ARGUMENTAL
La acción tiene lugar en Francia (Domrémy, Reims y cerca de Rouen) entre 1429 y 1431.

Prólogo: La Corte se halla preocupada ante la próxima rendición de la ciudad de Orleáns, asediada por las tropas inglesas. Carlo ha tomado la decisión de dimitir por haber tenido un sueño en el que una voz, en una capilla dedicada a la Virgen, le ha ordenado deponer las armas. Se confirma la existencia de esa capilla en el interior de un misterioso bosque donde la leyenda dice que hay presencias extrañas. Carlo decide acudir allí.
A ese bosque en medio de una amenaza de inmediata tormenta, llega Giacomo y después su hija Giovanna. Giacomo decide esconderse para observar la conducta de su hija que últimamente se está comportando de una manera muy rara. Giovanna, llena de ardor patriótico, desearía tener yelmo y espada para defender a su patria. Como todos los días, se postra a rezar ante la capilla y luego se adormece. En esto llega Carlo que deja sus armas al pié de la capilla antes de ponerse a rezar. Giovanna sueña con imágenes de demonios que la invitan a vivir placenteramente y también con visiones angélicas que la animan a tomar las armas para defender a Francia. Despierta agitada y con un irresistible entusiasmo, empuña las armas dejadas por Carlo e incita al rey a que entre en combate. Giacomo observa la escena y queda completamente convencido de que su hija, además de ser una víctima fácil del maligno, se ha enamorado con locura del rey.

Acto I: Los soldados ingleses en fuga, lamentan la pérdida de la ciudad de Reims, afirmando su impotencia ante la mano que guía a sus enemigos franceses. Giacomo se entrevista con el comandante inglés (Talbot) y se compromete a entregar a su hija pues quiere venganza al estar convencido de que el rey la ha seducido. Giovanna, con atavíos guerreros, reposa en el jardín de Reims y quisiera alejarse del campo de batalla considerando que su misión ya se ha cumplido. Es interrumpida por la llegada del rey quien, finalmente, acaba por declararle su amor. Tras el terror inicial, Giovanna confiesa que también le ama. En ese momento se escucha desde el cielo el sonido de unas voces que le impiden dejarse llevar por ese amor terrenal. Giovanna se aleja ante la incomprensión de Carlo. Delil y otros oficiales invitan a la pareja a que se unan a la ceremonia de la coronación. Giovanna sale de la mano del rey y es el momento en que escucha horrorizada, victoriosas voces demoníacas.

Acto II: En la catedral de San Remigio de Reims se está a punto de efectuar la coronación de Carlo. Giovanna encabeza la procesión. Una vez se queda vacía la plaza, mientras se escuchan los cantos provenientes de la catedral, aparece Giacomo dispuesto a enfrentarse con su hija. Sale Giovanna de la catedral seguida de Carlo que intenta retenerla para que disfrute ella también de los homenajes. Es en esto cuando Giacomo, delante de la muchedumbre, acusa a su hija de tener un pacto con el diablo. Terror general. Carlo pide a Giovanna que se defienda, pero ella es incapaz de pronunciar palabra. El pueblo se vuelve contra Giovanna acusándola de brujería. Ella, destrozada, se arroja en los brazos de su padre.

Acto III: Giovanna ha caído prisionera de los ingleses y yace encadenada en el interior de una torre. Se escucha a lo lejos el fragor de una batalla. Giovanna quisiera estar libre para sumarse a la contienda. Aparece Giacomo y Giovanna confiesa su pureza: sólo ha cedido momentáneamente a la pasión demostrada hacia ella por el rey. El padre le quita las cadenas y la bendice, entregándole su propia espada. Giovanna se encamina veloz hacia la batalla. La victoria sonríe de nuevo a Carlo pero Giovanna ha sido herida de muerte. Mientras todos reverencian a la heroína, ésta, febril, empuña la bandera francesa saludando a la Virgen antes de caer muerta ante el respeto de todos los presentes postrados ante ella

viernes, 23 de julio de 2010

OTELLO DE VERDI....

Otello es una ópera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto de Arrigo Boito, a partir de la obra de Shakespeare, Otelo. Fue estrenada en el Teatro alla Scala de Milán, el 5 de febrero de 1887.

Otello es la penúltima ópera de Verdi, donde demostró su madurez como artista. Junto a Aida, estrenada en 1871, y Falstaff, 1893, los críticos consideran que es una de las obras maestras del compositor. Para esta obra ya Verdi había abandonado la estructura de división en arias y recitativos, logrando un sentido de unidad y continuidad en toda la obra.

Evidentemente, uno de los personajes más importantes de la obra, además de Otello y Desdémona, es Iago, interpretado por un barítono. Una de las partes más conocidas de la obra es su Credo, parte del segundo acto. Otras partes destacables son el dueto de amor del primer acto, la canción del sauce y el Ave Maria, interpretadas por Desdémona en el cuarto acto, y toda la escena final, del asesinato de Desdémona y el suicidio de Otelo.

La ópera goza de un excelente registro discográfico y suele ser interpretada con mucha frecuencia, encontrándose en el repertorio de los teatros de ópera más importantes del mundo. Representa un reto para el rol principal, que ha de ser interpretado por un tenor dramático. En el siglo XX este papel se asoció frecuentemente con Mario del Monaco y también con Plácido Domingo
Otello, moro, general de Venecia y Duque de Chipre (tenor)
Iago, insignia de Otello (barítono)
Desdémona, esposa de Otello (soprano)
Cassio, capitán de Otello (tenor)
Roderigo, noble veneciano (tenor)
Emilia, esposa de Iago y criada de Desdémona (soprano o mezzosoprano)
Lodovico, embajador de la República de Venecia (bajo)
Montano, antiguo Duque de Chipre (bajo)
Un heraldo (bajo)
Coro de soldados y marinos venecianos, y chipriotas.

La acción transcurre en una ciudad costera de la isla de Chipre, a finales del siglo XV.
La ópera está dividida en cuatro actos y el libreto es obra de Arrigo Boito, basado en el drama homónimo de William Shakespeare. Su estreno tuvo lugar en el Teatro alla Scala de Milán el 5 de febrero de 1887, constituyendo un éxito clamoroso. El tenor Francesco Tamagno encarnó a Otelo, el barítono Víctor Maurel a Yago y el papel de Desdémona fue cantado por la soprano Romilda Pantaleoni, todos ellos cantaron bajo la batuta de Franco Faccio. El autor, la noche del estreno, tuvo que salir a saludar 20 veces.

ATTO PRIMO


(Isola di Cipro. L'esterno del Castello.
Una taverna con pergolato. Gli spaldi
nel fondo e il mare. É sera. Lampi,
tuoni, uragano)

CIPRIOTTI
Una vela! Una vela!
Un vessillo! Un vessillo!

MONTANO
È l'alato Leon!

CASSIO
Or la folgor lo svela.

CIPRIOTTI
Uno squillo! Uno squillo!

(Colpo di Cannone)

TUTTI
Ha tuonato il cannon!

CASSIO
É la nave del Duce.

MONTANO
Or s'affonda
or s'inciela...

CASSIO
Erge il rostro
dall'onda.

ALCUNI CIPRIOTTI
(continui Lampi.)
Nelle nubi si cela e nel mar,
e alla luce dei lampi ne appar.

TUTTI
(Lampi è tuono)
Lampi! tuoni! gorghi!
turbi tempestosi e fulmini!

(un fulmine)

Treman l'onde! treman l'aure!
treman basi e culmini.

(entrano dal fondo molte donne del popolo)

Fende l'etra un torvo e cieco
spirto di vertigine.

DONNE
(gridando)
Ah!

TUTTI
Iddio scuote il cielo bieco,
come un tetro vel.

DONNE
¡Ah!

TUTTI
Tutto è fumo! tutto è fuoco!
l'orrida caligine si fa incendio,
poi si spegne più funesta.
Spasima l'universo,
accorre a valchi l'aquilon fantasima,
i titanici oricalchi squillano nel ciel.!

(Sonno cornetti. Alcuni con gesti dipavento
e di supplicazione e rivolti verso lo spaldo.
Fulmini, lampi, è tuoni continui)

Dio, fulgor della bufera!
Dio, sorriso della duna!
Salva l'arca e la bandiera
della veneta fortuna!
Tu, che reggi gli astri e il Fato!
Tu, che imperi al mondo e al ciel!
Fa che in fondo al mar placato
posi l'àncora fedel.

JAGO
(Un lampo.)
È infranto l'artimon!

RODERIGO
(Altro lampo.)
Il rostro piomba su quello scoglio!

CIPRIOTTI
Aita! Aita!

JAGO
(a Roderigo. Ancora un lampo)
L'alvo frenetico del mar
sia la sua tomba!

CIPRIOTTI
È salvo! è salvo!

VOCI INTERNE
Gittate i palischermi!

(Tuono lontano é lampo)

Mano alle funi! Fermi!

CIPRIOTTI
(Tuono lontano)
Forza ai remi! Alla riva!

VOCI INTERNE
All'approdo! allo sbarco!

CIPRIOTTI
Evviva! Evviva! Evviva!

(Otello entra, salendo la scala della
spiaggia sullo spaldo con seguito di
marinai e soldati)

OTELLO
Esultate! L'orgoglio musulmano
sepolto è in mar;
nostra e del ciel è gloria!
Dopo l'armi
lo vinse l'uragano.

CIPRIOTTI
Evviva Otello! Evviva! evviva! evviva!
Vittoria! Vittoria!
Vittoria! Stermino,
dispersi, distrutti, sepolti nell'orrido
Tumulto piombâr.
Avranno per requie la sferza dei flutti,
la ridda dei turbini,
l'abisso del mar.
Vittoria! Vittoria! Vittoria! Vittoria!
Dispersi, distrutti, sepolti nell'orrido
tumulto piombâr.
Vittoria! Evviva!

(Tuono lontano. La tempesta
sta avviandosi)

Si calma la bufera.

JAGO
(indisparte a Roderigo)
Roderigo, ebben, che pensi?

RODERIGO
D'affogarmi.

JAGO
Stolto è chi s'affoga
per amor di donna.

(Mentre la nave viene scaricata e si
portono armi e bagagli da essa del
castello, dei popolani escono da dietro
la rocca portando dei rami da ardere
presso lo spaldo; alla luce di fiaccole
tenute dai soldati formano da un lato
una catasta di legna: la folla s'accalca
intorno turbolenta e curiosa.)

RODERIGO
Vincer nol so.

JAGO
Suvvia, fa senno, aspetta
l'opra del tempo.
A Desdemona bella,
che nel segreto de' tuoi sogni adori,
presto in uggia verranno i foschi baci
di quel selvaggio
dalle gonfie labbra.

(dolce)

Buon Roderigo,
amico tuo sincero mi ti professo,
nè in più forte ambascia soccorrerti potrei.
Se un fragil voto di femmina
non è tropp'arduo nodo pel genio mio
nè per l'inferno,
giuro che quella donna sarà tua.
M'ascolta:
benchè finga d'amarlo,
odio quel Moro.

ACTO PRIMERO


(Isla de Chipre; exteriores del
castillo. Una posada. Al fondo,
las murallas y el mar. Anochece.
Relámpagos, truenos y tormenta.)

CHIPRIOTAS
¡Una vela! ¡Una vela!
¡Un estandarte! ¡Un estandarte!

MONTANO
¡Es el León Alado!

CASSIO
¡Ahora el relámpago lo revela!

CHIPRIOTAS
¡Clarines! ¡Clarines!

(Cañonazo)

TODOS
¡Ha tronado el cañón!

CASSIO
¡Es la nave del general!

MONTANO
Unas veces se hunde,
otras toca el cielo...

CASSIO
¡El espolón se yergue
por encima de las olas!

ALGUNOS CHIPRIOTAS
(continúan los relámpagos)
Entre las nubes se oculta en el mar,
y a la luz del relámpago se deja ver.

TODOS
(relámpagos y truenos)
¡Relámpagos! ¡Truenos! ¡Torbellinos!
¡Tornados tempestuosos y rayos!

(Un rayo)

Tiemblan las olas, tiemblan los aires,
tiemblan los cimientos y las apuras.

(Entran mujeres del pueblo)

Quiebra el éter un ciego y torvo
espíritu vertiginoso.

MUJERES
(gritando)
¡Ah!

TODOS
Dios agita el airado cielo
como un lúgubre velo.

MUJERES
¡Ah!

TODOS
¡Todo es humo! ¡Todo es fuego!
La horrible bruma se incendia.
Se conmueve el universo,
acude el viento fantasmal.
¡Las titánicas trompetas
resuenan en el cielo!

(Se oyen trompetas. Las isleñas
gritan con gestos de terror.
continúan los rayos y relámpagos)

¡Dios, freno de la tempestad!
¡Dios, sonrisa de la duna!
¡Salva la nave y la bandera
de la fortuna veneciana!
Tu que riges los astros y el destino!
¡Tú que dominas los cielos!
Haz que en el fondo del mar aplacado
se deposite el ancla fiel.

YAGO
(un relámpago)
¡Se ha roto el timón!

RODERIGO
(otro relámpago)
¡El espolón arremete contra la roca!

CHIPRIOTAS
¡Auxilio! ¡Auxilio!

YAGO
(A Roderigo. Un nuevo relámpago)
¡Ojalá que el seno frenético del mar
sea su tumba !

CHIPRIOTAS
¡Está a salvo! ¡Está a salvo!

VOCES INTERNAS
¡Echad los botes!

(Trueno lejano y relámpago)

¡Manos a los cabos! ¡Con fuerza!

CHIPRIOTAS
(trueno lejano)
¡Bogad con fuerza! ¡A la orilla!

VOCES INTERNAS
¡Al puesto! ¡Al embarcadero!

CHIPRIOTAS
¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!

(Otelo sube a la muralla desde la
orilla, seguido de marineros
venecianos y soldados.)

OTELO
¡Alegraos! ¡El orgullo musulmán está
sepultado en el mar!
¡Nuestra y del cielo es la gloria!
¡Después de las armas
lo ha vencido el huracán!

CHIPRIOTAS
¡Viva Otelo! ¡Viva, viva, viva!
¡Victoria! ¡Victoria! ¡Exterminio!
Dispersos, destruidos, enterrados,
en un horrendo tumulto sumergidos.
¡Tendrán por réquiem
los embates de las olas,
el azote de los torbellinos
y el abismo del mar.!
¡Victoria! ¡Victoria! ¡Victoria!
Dispersos, destruidos, enterrados,
en un horrendo tumulto sumergidos.
¡Victoria! ¡Viva!

(Trueno lejano. La tormenta
se aleja.)

Se calma ya la tempestad.

YAGO
(a parte a Roderigo)
Y bien, Roderigo, ¿en qué piensas?

RODERIGO
En ahogarme.

YAGO
Es estúpido quien se ahoga
por el amor de una mujer.

(Se descarga la nave, transportando
armas y equipajes al castillo,
Algunos hombres salen de detrás
de la fortaleza llevando ramas que
amontonan a los pies de la muralla;
a la luz de antorchas forman un
montón de leña: la gente se apiña
charlatana y curiosa.)

RODERIGO
No lo puedo remediar.

YAGO
Vamos, sé sensato, espera
a que obre el tiempo.
A la bella Desdémona,
que en el secreto de tus sueños adoras,
pronto veremos aborrecer
los oscuros besos
de ese salvaje de labios abultados.

(Con dulzura)

Buen Roderigo,
me confieso sincero amigo tuyo
y no podría, dejar de socorrerte.
Si un frágil voto de mujer no es asunto
demasiado complejo ara mi genio
y para el infierno,
yo juro que esa mujer será tuya.
Escúchame:
por más que yo finja amarlo,
odio a ese moro.



(Entra Cassio: poi s'unisce a un crocchio
di soldati. Jago, sempre in disparte a
Roderigo, indicando Cassio)

E una cagion dell'ira,
eccola, guarda.
Quell'azzimato capitano usurpa

(continua il passaggio della
bassa ciurma nel fondo)

il grado mio, il grado mio che in cento
ben pugnate battaglie ho meritato;
tal fu il voler d'Otello,
ed io rimango
di sua Moresca Signoria.... l'alfiere!

(dalla catasta incominciano ad alzarsi
dei globi di fumo sempre più)

Ma, come è ver che tu Roderigo sei,
cosi è pur vero che se il Moro io fossi
vedermi non vorrei d'attorno un Jago.
Se tu m'ascolti...

(Sempre parlando, Jago conduce Roderigo
più lontano. Il fuoco divampa, i Ciprioti
s'avvicinano ad esso, cantando. Mentre
cantano i tavernieri illuminano a festa
il pergolato. Soldati s'affollano intorno
alle tavole, parlando e bevendo)

CIPRIOTTI
Fuoco di gioia, l'ilare vampa
fuga la notte col suo splendor.
Guizza, sfavilla, crepita, avvampa
fulgido incendio che invade il cor.
Dal raggio attratti vaghi sembianti
movono intorno mutando stuol,
e son fanciulle dai lieti canti,
e son farfalle dall'igneo vol.
Arde la palma col sicomoro,
canta la sposa col suo fedel;
sull'aurea fiamma, sul lieto coro
soffia l'ardente spiro del ciel.
Fuoco di gioia, rapido brilla!
Rapido passa, fuoco d'amor!
Splende, s'oscura, palpita, oscilla,
l'ultimo guizzo, lampeggio e muor.
Fuoco di gioia rapido brilla!
Splende, s'oscura, palpita, ecc.

(il fuoco si spegne a poco a poco: la
bufera è cessata. Jago, Roderigo, Cassio
e parecchi altri uomini d'arme intorno
a un tavolo dove c'è del vino: parte in
piedi, parte seduti.)

JAGO
Roderigo, beviam!
Qua la tazza, Capitano....

CASSIO
Non bevo più.

JAGO
(avvicinando il boccale
alla tazza di Cassio)
Ingoia questo sorso.

CASSIO
(Ritirando il bicchiere)
No.

JAGO
Guarda! Oggi impazza tutta Cipro!
É una notte di gioia, dunque...

CASSIO
Cessa. Già m'arde il cervello
per un nappo vuotato.

JAGO
Si, ancora bever devi.
Alle nozze d'Otello e Desdemona!

CIPRIOTTI
Evviva!

CASSIO
(alzando il bicchiere e bevendo un poco)
Essa infiora questo lido.

JAGO
(sottovoce a Roderigo)
Lo ascolta.

CASSIO
Col vago suo raggiare chiama
i cuori a raccolta.

RODERIGO
Pur modesta essa è tanto.

CASSIO
Tu, Jago, canterai le sue lodi!

JAGO
(piano a Roderigo)
Lo ascolta.

(Forte a Cassio)

Io non sono che un critico.

CASSIO
Ed ella d'ogni lode
è più bella.

JAGO
(come sopra, a Roderigo, a parte.)
Ti guarda da quel Cassio.

RODERIGO
Che temi?

JAGO
(ancora a piano a Roderigo)
Ei favella già con troppo bollor,
la gagliarda giovinezza lo sprona,
è un astuto
seduttor che t'ingombra il cammino.
Bada...

RODERIGO
Ebben?

JAGO
(ancora a piano a Roderigo)
S'ei inebria è perduto!
Fallo ber.

(ai tavernieri)

Qua, ragazzi, del vino!

(Jago riempie tre bicchieri: un per sè, uno
per Roderigo, uno per Cassio. I tavernieri
circolano colle anfore. A Cassio, col
bicchiere in mano: la folla gli si avvicina
e lo guarda curiosamente.)

Innaffia l'ugola!
Trinca, tracanna!
Prima che svampino
canto e bicchier.

CASSIO
(a Jago, col bicchiere in mano.)
Questa del pampino
verace manna
di vaghe annugola
nebbie il pensier.

JAGO
(a tutti)
Chi all'esca ha morso
del ditirambo
spavaldo e strambo
beva con me! beva con me,
beva, beva, beva con me!

TUTTI
Chi all'esca ha morso ecc.

JAGO
Beva, beva.

TUTTI
... beve, beve con te, ecc

JAGO
(piano a Roderigo
indicando Cassio)
Un altro sorso è brillo egli è.

RODERIGO
(a Jago)
Un altro sorso è brillo egli è.

(Llega Cassio que se une a un grupo
de soldados. Yago, habla a Roderigo,
señalando a Cassio.)

Y hay una razón para mi ira,
ahí la tienes, mira.
Ese acicalado capitán usurpa

(Continua pasando
gente por el fondo)

mi grado, el grado que en cien
disputadas batallas he merecido;
¡pero esa fue la voluntad de Otelo
y continúo siendo el alférez
de su morisca señoría!

(Del montón de leña comienza
a elevarse humo)

Tan verdad como que eres Roderigo,
es verdad que si yo fuera el moro
no querría tener a un Yago cerca.
Si tú me escuchas...

(Siempre hablando. Yago se va
con Roderigo. El fuego cada vez
más vivo. Los chipriotas empiezan
a cantar, mientras los taberneros
van colgando de la pérgola unos
farolillos. Los soldados beben.)

CHIPRIOTAS
Fuego de alegría, tu brillante júbilo
pone en fuga a la noche.
Centellea, relumbra, crepita, flamea,
incendio que invade el corazón.
Atraídos por su luz, rostros hermosos
se agitan a su alrededor,
ora son muchachas

e son fanciulle dai lieti canti,
e son farfalle dall'igneo vol.
Arde la palma col sicomoro,
canta la sposa col suo fedel;
sull'aurea fiamma, sul lieto coro
soffia l'ardente spiro del ciel.
Fuoco di gioia, rapido brilla!
Rapido passa, fuoco d'amor!
Splende, s'oscura, palpita, oscilla,
l'ultimo guizzo, lampeggio e muor.
Fuoco di gioia rapido brilla!
Splende, s'oscura, palpita, ecc.

(il fuoco si spegne a poco a poco: la
bufera è cessata. Jago, Roderigo, Cassio
e parecchi altri uomini d'arme intorno
a un tavolo dove c'è del vino: parte in
piedi, parte seduti.)

JAGO
Roderigo, beviam!
Qua la tazza, Capitano....

CASSIO
Non bevo più.

JAGO
(avvicinando il boccale
alla tazza di Cassio)
Ingoia questo sorso.

CASSIO
(Ritirando il bicchiere)
No.

JAGO
Guarda! Oggi impazza tutta Cipro!
É una notte di gioia, dunque...

CASSIO
Cessa. Già m'arde il cervello
per un nappo vuotato.

JAGO
Si, ancora bever devi.
Alle nozze d'Otello e Desdemona!

CIPRIOTTI
Evviva!

CASSIO
(alzando il bicchiere e bevendo un poco)
Essa infiora questo lido.

JAGO
(sottovoce a Roderigo)
Lo ascolta.

CASSIO
Col vago suo raggiare chiama
i cuori a raccolta.

RODERIGO
Pur modesta essa è tanto.

CASSIO
Tu, Jago, canterai le sue lodi!

JAGO
(piano a Roderigo)
Lo ascolta.

(Forte a Cassio)

Io non sono che un critico.

CASSIO
Ed ella d'ogni lode
è più bella.

JAGO
(come sopra, a Roderigo, a parte.)
Ti guarda da quel Cassio.

RODERIGO
Che temi?

JAGO
(ancora a piano a Roderigo)
Ei favella già con troppo bollor,
la gagliarda giovinezza lo sprona,
è un astuto
seduttor che t'ingombra il cammino.
Bada...

RODERIGO
Ebben?

JAGO
(ancora a piano a Roderigo)
S'ei inebria è perduto!
Fallo ber.

(ai tavernieri)

Qua, ragazzi, del vino!

(Jago riempie tre bicchieri: un per sè, uno
per Roderigo, uno per Cassio. I tavernieri
circolano colle anfore. A Cassio, col
bicchiere in mano: la folla gli si avvicina
e lo guarda curiosamente.)

Innaffia l'ugola!
Trinca, tracanna!
Prima che svampino
canto e bicchier.

CASSIO
(a Jago, col bicchiere in mano.)
Questa del pampino
verace manna
di vaghe annugola
nebbie il pensier.

JAGO
(a tutti)
Chi all'esca ha morso
del ditirambo
spavaldo e strambo
beva con me! beva con me,
beva, beva, beva con me!

TUTTI
Chi all'esca ha morso ecc.

JAGO
Beva, beva.

TUTTI
... beve, beve con te, ecc

JAGO
(piano a Roderigo
indicando Cassio)
Un altro sorso è brillo egli è.

RODERIGO
(a Jago)
Un altro sorso è brillo egli è.

(Llega Cassio que se une a un grupo
de soldados. Yago, habla a Roderigo,
señalando a Cassio.)

Y hay una razón para mi ira,
ahí la tienes, mira.
Ese acicalado capitán usurpa

(Continua pasando
gente por el fondo)

mi grado, el grado que en cien
disputadas batallas he merecido;
¡pero esa fue la voluntad de Otelo
y continúo siendo el alférez
de su morisca señoría!

(Del montón de leña comienza
a elevarse humo)

Tan verdad como que eres Roderigo,
es verdad que si yo fuera el moro
no querría tener a un Yago cerca.
Si tú me escuchas...

(Siempre hablando. Yago se va
con Roderigo. El fuego cada vez
más vivo. Los chipriotas empiezan
a cantar, mientras los taberneros
van colgando de la pérgola unos
farolillos. Los soldados beben.)

CHIPRIOTAS
Fuego de alegría, tu brillante júbilo
pone en fuga a la noche.
Centellea, relumbra, crepita, flamea,
incendio que invade el corazón.
Atraídos por su luz, rostros hermosos
se agitan a su alrededor,
ora son muchachas de felices cantos,
ora mariposas de ígneo vuelo.
Arde la palma con el sicómoro,
canta la esposa con su fiel marido,
sobre el áurea llama, sobre los coros
sopla el ardiente respiro del cielo.
¡El fuego de la dicha rápido brilla!
¡Más veloz pasa el fuego del amor!
Resplandece, palpita, vacila, y en un
último destello relampaguea y muere.
¡El fuego de la dicha rápido brilla!
¡Más veloz pasa el fuego del amor!

(El fuego se apaga. La tempestad
cesa. Yago, Roderigo, Cassio y varios
compañeros se sientan alrededor de
una mesa en la que hay vino: unos en
pie y otros sentados.)

YAGO
¡Roderigo, bebamos!
¡Dame tu vaso, capitán!

CASSIO
Ya no bebo más.

YAGO
(acercando la jarra
al vaso de Cassio)
¡Toma este trago!
JAGO
(ancora a piano a Roderigo)
Ei favella già con troppo bollor,
la gagliarda giovinezza lo sprona,
è un astuto
seduttor che t'ingombra il cammino.
Bada...

RODERIGO
Ebben?

JAGO
(ancora a piano a Roderigo)
S'ei inebria è perduto!
Fallo ber.

(ai tavernieri)

Qua, ragazzi, del vino!

(Jago riempie tre bicchieri: un per sè, uno
per Roderigo, uno per Cassio. I tavernieri
circolano colle anfore. A Cassio, col
bicchiere in mano: la folla gli si avvicina
e lo guarda curiosamente.)

Innaffia l'ugola!
Trinca, tracanna!
Prima che svampino
canto e bicchier.

CASSIO
(a Jago, col bicchiere in mano.)
Questa del pampino
verace manna
di vaghe annugola
nebbie il pensier.

JAGO
(a tutti)
Chi all'esca ha morso
del ditirambo
spavaldo e strambo
beva con me! beva con me,
beva, beva, beva con me!

TUTTI
Chi all'esca ha morso ecc.

JAGO
Beva, beva.

TUTTI
... beve, beve con te, ecc

JAGO
(piano a Roderigo
indicando Cassio)
Un altro sorso è brillo egli è.

RODERIGO
(a Jago)
Un altro sorso è brillo egli è.

(Llega Cassio que se une a un grupo
de soldados. Yago, habla a Roderigo,
señalando a Cassio.)

Y hay una razón para mi ira,
ahí la tienes, mira.
Ese acicalado capitán usurpa

(Continua pasando
gente por el fondo)

mi grado, el grado que en cien
disputadas batallas he merecido;
¡pero esa fue la voluntad de Otelo
y continúo siendo el alférez
de su morisca señoría!

(Del montón de leña comienza
a elevarse humo)

Tan verdad como que eres Roderigo,
es verdad que si yo fuera el moro
no querría tener a un Yago cerca.
Si tú me escuchas...

(Siempre hablando. Yago se va
con Roderigo. El fuego cada vez
más vivo. Los chipriotas empiezan
a cantar, mientras los taberneros
van colgando de la pérgola unos
farolillos. Los soldados beben.)

CHIPRIOTAS
Fuego de alegría, tu brillante júbilo
pone en fuga a la noche.
Centellea, relumbra, crepita, flamea,
incendio que invade el corazón.
Atraídos por su luz, rostros hermosos
se agitan a su alrededor,
ora son muchachas de felices cantos,
ora mariposas de ígneo vuelo.
Arde la palma con el sicómoro,
canta la esposa con su fiel marido,
sobre el áurea llama, sobre los coros
sopla el ardiente respiro del cielo.
¡El fuego de la dicha rápido brilla!
¡Más veloz pasa el fuego del amor!
Resplandece, palpita, vacila, y en un
último destello relampaguea y muere.
¡El fuego de la dicha rápido brilla!
¡Más veloz pasa el fuego del amor!

(El fuego se apaga. La tempestad
cesa. Yago, Roderigo, Cassio y varios
compañeros se sientan alrededor de
una mesa en la que hay vino: unos en
pie y otros sentados.)

YAGO
¡Roderigo, bebamos!
¡Dame tu vaso, capitán!

CASSIO
Ya no bebo más.

YAGO
(acercando la jarra
al vaso de Cassio)
¡Toma este trago!

CASSIO
(retirando el vaso)
No.

YAGO
¡Hoy ha enloquecido toda Chipre!
Es una noche de alegría, así pues...

CASSIO
Deja, ya me arde la cabeza
con el vaso que he tomado.

YAGO
Sí, pero todavía debes brindar
¡por la boda de Otelo con Desdémona!

CHIPRIOTAS
¡Viva!

CASSIO
(levantando su vaso)
¡Su presencia engalana esta isla!

YAGO
(en voz baja a Roderigo)
¡Escúchale!

CASSIO
Con su radiante encanto ella atrae
a todos los corazones.

RODERIGO
Y, sin embargo... ¡es tan modesta!

CASSIO
¡Tú, Yago, cantarás sus alabanzas!

YAGO
(En voz baja a Roderigo)
¡Escúchale!

(En voz alta a Cassio)

Yo soy demasiado torpe.

CASSIO
Y ella es más bella
que cualquier elogio.

YAGO
(como antes, a Roderigo, a parte)
¡Ten cuidado de Cassio!

RODERIGO
¿Qué es lo que temes?

YAGO
(aún en voz baja a Roderigo)
Habla ya con demasiado ardor;
la gallarda juventud lo espolea;
es un astuto seductor
que te obstruye el camino.
Ten cuidado...

RODERIGO
¿Por qué?

YAGO
(sigue en voz baja a Roderigo)
¡Si se emborracha está perdido!
¡Hazle beber!

(a los taberneros)

¡Aquí, muchachos, vino!

(Yago llena tres vasos: uno para él,
otro para Roderigo y otro para
Cassio. Los taberneros circulan con
sus jarras. A Cassio, con el vaso en
la mano: La multitud se aproxima)

¡Remoja el gaznate!
¡Toma un trago!
¡Antes de que se esfumen
los cantos y los vasos!

CASSIO
(A Yago, con el vaso en la mano)
El pámpano,
este verdadero maná
en deleitosa bruma,
sumerge el pensamiento.

YAGO
(a sus compañeros)
¡Quien haya mordido
el cebo del ditirambo
desvergonzado y extraño,
beba conmigo,
beba, beba, beba conmigo!

TODOS
¡Quien haya mordido el cebo...

YAGO
¡Beba! ¡Beba!

TODOS
...bebe, bebe contigo, etc.

YAGO
(bajo, a Roderigo, indicando
a Cassio)
Otro trago y estará borracho.

RODERIGO
(a Yago)
Otro trago y estará borracho.



JAGO
(Forte, a tutti)
Il mondo palpita
quand'io son brillo!
Sfido l'ironico Nume
e il destin!

CASSIO
(bevendo ancora)
Come un armonico liuto oscillo;
La gioia scalpita sul mio cammin!

JAGO
Chi all'esca ha morso, ecc...

TUTTI
Chi all'esca ha morso, ecc...

JAGO
(a Roderigo)
Un altro sorso e brillo egli è!

RODERIGO
(a Jago)
Un altro sorso e brillo egli è!

JAGO
(Forte a tutti)
Fuggan dal vivido nappo
i codardi. . .

CASSIO
(interrompendo)
In fondo all'anima ciascun
mi guardi!

(beve)

JAGO
(Interrompendo)
... che in cor
nascondono frodi.

CASSIO
(Barcollando)
Non temo, non temo il ver....

JAGO
Chi all'esca ha...
... morso del ditirambo...

CASSIO
(barcollando)
non temo il ver...
... non temo il ver.

JAGO
... bevi con me...

CASSIO
non temo il ver...

JAGO
bevi, bevi con me.

CASSIO
e bevo e bevo e bevo...

CIPRIOTTI
(La metà del Coro. Ridendo)
Ah! Ah ah! Ah ah! Ah ah!. . .
. . .Ah ah! Ah ah! Ah ah!

CASSIO
Del calice. . .

JAGO
(a Roderigo)
Ègli è briaco fradicio.

CASSIO
(Con voce sempre più soffocata)
del calice...
... gli orli...

JAGO
(A Roderigo)
Ti scuoti.
Lo trascina a contesa.
È pronto all'ira,

CIPRIOTTI
(gli altri ridono di Cassio)
Ah ah! Ah ah!

JAGO
(A Roderigo)
...t'offenderà...
ne seguirà tumulto!

CASSIO
(ripiglia, ma con voce soffocata)
del calice. . .gli orli. . .

JAGO
(A Roderigo)
Pensa che puoi cosi del lieto Otello
turbar la prima vigilia d'amor!

RODERIGO
(risoluto, risponde, a parte, a Jago)
Ed è ciò che mi spinge.

CASSIO
... s'impor... s'impor... s'imporporino.

CIPRIOTTI
Ah! Ah ah! Ah ah!

RODERIGO, JAGO, CASSIO, CIPRIOTTI
Bevi, bevi con me, bevi con me.

(Tutti bevono)

MONTANO
(venendo dal Castello,
si rivolge a Cassio.)
Capitano,
v'attende la fazione ai baluardi.

CASSIO
(barcollando)
Andiamo.

MONTANO
Che vedo?

JAGO
(a Montano)
Ogni notte in tal guisa Cassio
preludia al sonno.

MONTANO
(a Jago)
Otello il sappia.

CASSIO
Andiamo ai baluardi.

RODERIGO, CIPRIOTTI
Ah, ah! Ah, ah!

CASSIO
Chi ride?

RODERIGO
(provocandolo)
Rido d'un ebro...

CASSIO
(scagliandosi contro Roderigo)
Bada alle tue spalle! Furfante!

RODERIGO
(difendendosi)
Briaco ribaldo!

CASSIO
Marrano! Nessun più ti salva!

MONTANO
(separandoli a forza e
dirigendosi a Cassio)
Frenate la mano, Signor, ve ne prego.

CASSIO
(a Montano)
Ti spacco il cerebro se qui t'interponi.

MONTANO
Parole d'un ebro...

CASSIO
D'un ebro?!

(sguainando la spada. Montano s'arma
anch'esso. Assalto furibondo. La folla
si ritrae)

YAGO
(en voz alta)
¡El mundo palpita cuando
yo estoy borracho!
¡Desafío a la irónica divinidad
y al destino!

CASSIO
(bebiendo de nuevo)
Como un armonioso laúd oscilo;
¡la alegría piafa en mi camino!

YAGO
Quien ha mordido el cebo...

TODOS
Quien ha mordido el cebo...

YAGO
(a Roderigo)
¡Otro trago y estará borracho!

RODERIGO
(a Yago)
¡Otro trago y estará borracho!

YAGO
(en voz alta)

DESDEMONA
Non oppormi il tuo diniego.
Gli perdona.

OTELLO
Non ora.

DESDEMONA
Perchè torbida suona la voce tua?
Qual pena t'addolora?

OTELLO
M'ardon le tempie.

DESDEMONA
(spiegando il suo fazzoletto come
per fasciare la fronte d'Otello)
Quell'ardor molesto
svanirà, se con questo
morbido lino la mia man ti fascia.

OTELLO
(getta il fazzoletto a terra)
Non ho d'uopo di ciò.

(Emilia raccoglie il fazzoletto dal suolo)

DESDEMONA
Tu sei crucciato, signor.

OTELLO
(aspramente)
Mi lascia! mi lascia!

DESDEMONA
(dolcissimo)
Se inconscia, contro te, sposo, ho peccato,
dammi la dolce e lieta parola
del perdono.

OTELLO
(a parte)
Forse perchè gl'inganni
d'arguto amor non tendo...

DESDEMONA
(A Otello)
La tua fanciulla io sono
umile e mansueta;
ma il labbro tuo sospira,
hai l'occhio fiso al suol.
Guardami in volto e mira
come favella amor.
Vien ch'io t'allieti il core,
ch'io ti lenisca il duol.
Guardami in volto e mira, ecc

OTELLO
... forse perchè discendo
nella valle degli anni,
forse perchè ho sul viso
quest'atro tenebror...
forse perchè gl'inganni d'arguto
amor non tendo, ecc
Ella è perduta è irriso
io sono e il core m'infrango
e ruinar nel fango
vedo il mio sogno d'or.
Ella è perduta e irriso, ecc

JAGO
(a Emilia sottovoce)
Quel vel mi porgi
ch'or hai raccolto.

EMILIA
(sottovoce a Jago)
Qual frode scorgi?
Ti leggo in volto.

JAGO
T'opponi a vôto
quand'io commando.

EMILIA
Il tuo nefando
livor m'è noto.

JAGO
Sospetto insano!

EMILIA
Guardia fedel
è questa mano.

JAGO
Dammi quel vel!

(afferra violentemente il braccio di Emilia)

Su te l'irosa mia man s'aggrava!

EMILIA
Son la tua sposa,
non la tua schiava.

JAGO
La schiava impura
tu sei di Jago.

EMILIA
Ho il cor presago
d'una sventura.

JAGO
Nè mi paventi?

EMILIA
Uomo crudel!

JAGO
A me.

EMILIA
Che tenti?

JAGO
A me quel vel!

TODOS
Allá donde miran resplandecen, etc.

DESDÉMONA
(muy dulce)
Resplandece el cielo, danza la brisa,
exhalan fragancia las flores.

OTELO
(para sí, dulcemente conmovido)
Ese canto me conquista.
¡Si ella me engaña,
es que el cielo se burla de sí mismo!

YAGO
(aparte)
¡Belleza y amor
en dulce himno concuerdan!
Yo destruiré vuestros suaves acordes.

DESDÉMONA
Alegría, amor, esperanza
cantan en mi corazón.

CHIPRIOTAS
¡Sé feliz! ¡Sé feliz!
Adiós. Aquí reina el amor.

OTELO
Ese canto me conquista.

(Terminados los cánticos, Desdémona
besa la cabeza de algunos niños;
ella da una bolsa a los marineros.
Cuando todos se alejan, Desdémona,
seguida de Emilia, entra en la sala y
se acerca a Otelo.)

DESDÉMONA
(a Otelo)
De un hombre que gime,
desdeñado por ti, la súplica te traigo.

OTELO
¿De quién se trata?

DESDÉMONA
De Cassio.

OTELO
¿Era él
quien te hablaba en aquellos árboles?

DESDÉMONA
Él mismo, y su dolor,
que me aflige,
es tan veraz, que es digno de gracia.
Intercedo por él, por él te ruego.
Perdónale.

OTELO
(con aspereza)
Ahora no

DESDÉMONA
No te opongas a mi petición.
Perdónale.

OTELO
¡Ahora no!

DESDÉMONA
¿Por que suena turbada tu voz?
¿Qué pena te hace sufrir?

OTELO
Me arden las sienes.

DESDÉMONA
(saca su pañuelo, como para
cubrir la frente de Otelo )
Ese ardor molesto
se disipará si con este suave lino
mi mano te venda.

OTELO
(tira el pañuelo al suelo)
¡No lo necesito!

(Emilia lo recoge.)

DESDÉMONA
Te estás atormentando.

OTELO
(con aspereza)
¡Déjame! ¡Déjame!

DESDÉMONA
(muy dulce)
Si sin saberlo. contra ti esposo, pequé,
concédeme la dulce y alegre palabra
del perdón.

OTELO
(aparte)
Quizás porque los engaños
de un sagaz amor no entiendo...

DESDÉMONA
(a Otelo)
Soy tu niñita
humilde y dócil;
pero tus labios suspiran
y tu mirada está fija en el suelo.
Mírame la cara y observa
como habla el amor.
Ven, que te alegre el corazón,
que yo te calme el dolor.
Mírame la cara y observa, etc.

OTELO
... quizá porque yo declino
hacia el valle de los años,
quizá porque tengo en el rostro
esta sombría oscuridad...
quizá porque los engaños
de un sagaz amor no entiendo, etc.
Ella está perdida y yo escarnecido,
me rompo el corazón
y veo mi sueño de oro
arruinado en el barro .
Ella está perdida y yo escarnecido, etc

YAGO
(en voz baja, a Emilia)
¡Dame ese pañuelo
que acabas de recoger!

EMILIA
{en voz baja, a Yago)
¿Qué engaño preparas?
Te lo leo en la cara.

YAGO
¡Vano es que te opongas
cuando yo ordeno!

EMILIA
Tu nefasto odio
me es conocido.

YAGO
¡Insensata sospecha!

EMILIA
Guardián fiel
es mi mano.

YAGO
¡Dame ese pañuelo!

(Coge violento el brazo de Emilia)

¡Sobre ti, mi colérica mano se cierne!

EMILIA
¡Soy tu esposa,
no tu sierva!

YAGO
¡La esclava impura
eres de Yago!

EMILIA
Tengo en el corazón el presagio
de una desgracia.

YAGO
¿Y no me temes?

EMILIA
¡Hombre cruel!

YAGO
¡Dámelo!

EMILIA
¿Qué intentas?

YAGO
¡Dame ese pañuelo!



(con un colpo di mano Jago ha
carpito il fazzoletto ad Emilia)

EMILIA
Uomo crudel!

JAGO
(Fra sè)
Già la mia brama
conquido, ed ora
su questa trama
Jago lavora!

EMILIA
(A parte)
Vinser gli artigli
truci e codardi.
Dio dai perigli
sempre ci guardi.

DESDEMONA
Dammi la dolce e lieta parola
del perdon.

OTELLO
Escite! Solo vo' restar.

JAGO
(sottovoce ad Emilia che sta per escire.)
Ti giova tacer. Intendi?

(Desdemona ed Emilia escono. Jago finge
d'escire dalla porta del fondo, ma giuntovi
s'arresta.)

OTELLO
(accasciato, su d'un sedile)
Desdemona rea!

JAGO
(nel fondo guardando di nascosto il
fazzoletto, poi riponendolo con cura
nel giustacuore)
Con questi fili tramerò la prova
del peccato d'amor.
Nella dimora di Cassio
ciò s'asconda.

OTELLO
(Fra sè)
Atroce idea!

JAGO
(fissando Otello)
Il mio velen lavora.

OTELLO
Rea contro me! contro me!

JAGO
Soffri e ruggi!

OTELLO
Atroce! atroce!

JAGO
(dopo esseri portato accanto ad
Otello, bonariamente)
Non pensateci più.

OTELLO
(balzando)
Tu? Indietro! fuggi!
M'hai legato alla croce! Ahimè!
Più orrendo d'ogni orrenda ingiuria
dell'ingiuria è il sospetto.
Nell'ore arcane della sua lussuria
(e a me furate!)
m'agitava il petto forse un presagio?
Ero baldo, giulivo.
Nulla sapevo ancora; io non sentivo
sul suo corpo divin che m'innamora
e sui labbri mendaci
gli ardenti baci di Cassio!
Ed ora! ed ora....
Ora e per sempre addio sante memorie,
addio, sublimi incanti del pensier!
Addio schiere fulgenti, addio vittorie,
dardi volanti e volanti corsier!
Addio, vessillo trionfale e pio,
e diane squillanti in sul mattin!
Clamori e canti di battaglia, addio!
Della gloria d'Otello è questo il fin.

JAGO
Pace, signor.

OTELLO
Sciagurato! mi trova una prova secura
che Desdemona è impura...
Non sfuggir! nulla ti giova!
Vo' una secura, una visibil prova!
O sulla tua testa
s'accenda e precipiti il fulmine
del mio spaventoso furor che si desta!

(Afferra Jago alla
gola e lo atterra)

JAGO
Divina grazia difendimi!

(alzandosi)

Il cielo vi protegga.
Non son più vostro alfiere.
Voglio che il mondo testimon mi sia
che l'onestà è periglio.

(fa per andarsene)

OTELLO
No... rimani.
Forse onesto tu sei.

JAGO
(sulla soglia fingendo d'andarsene)
Meglio varrebbe ch'io
fossi un ciurmador.

OTELLO
Per l'universo!
Credo leale Desdemona
e credo che non lo sia.
Te credo onesto e credo disleale...
La prova io voglio!
Voglio la certezza!

JAGO
(ritornando verso Otello)
Signor, frenate l'ansie.
E qual certezza v'abbisogna?
Avvinti vederli forse?

OTELLO
Ah, morte e dannazione!

JAGO
Ardua impresa sarebbe;
e qual certezza sognate voi
se quell'immondo fatto
sempre vi sfuggirà?
Ma pur se guida è la ragione al vero,
una si forte congettura riserbo
che per poco alla certezza vi conduce.
Udite.

(avvicinandosi molto ad Otello e sottovoce)

Era la notte, Cassio dormia,
gli stavo accanto.
Con interrotte voci tradia
l'intimo incanto.
Le labbra lente, lente movea,
nell'abbandono del sogno ardente,
e allor dicea, con flebil suono:

(sottovoce parlate)

"Desdemona soave!
Il nostro amor s'asconda.
Cauti vegliamo! L'estasi del ciel
tutto m'inonda."

Seguia più vago l'incubo blando;
con molle angoscia
l'interna imago quasi baciando,
ei disse poscia:

(sempre sottovoce)

"Il rio destino impreco
che al Moro ti donò".

E allora il sogno in cieco
letargo si mutò.

OTELLO
Oh! mostruosa colpa!

JAGO
Io non narrai che un sogno.

(De un manotazo, le quita el
pañuelo a Emilia.)

EMILIA
¡Hombre cruel!

YAGO
(para sí)
Ya mi deseo consigo
y ahora
sobre esta trama
¡Yago trabaja!

EMILIA
(aparte)
Ganaron las garras
feroces y viles.
Dios nos guarde
siempre del peligro.

DESDÉMONA
Concédeme la dulce y alegre palabra
del perdón.

OTELO
¡Salid! Quiero quedarme solo.

YAGO
(en voz baja, a Emilia, que sale)
Te conviene callar. ¿comprendes?

(Desdémona y Emilia salen. Yago
finge que se va pero se detiene junto
a la puerta del fondo.)

OTELO
(dejándose caer sobre un asiento)
¡Desdémona culpable!

YAGO
(oculto en el fondo, mira a el
pañuelo de Desdémona, lo
guarda cuidadosamente.)
Con estos hilos urdiré la prueba
del pecado de amor.
En la alcoba de Cassio
lo esconderé.

OTELO
(para sí)
¡Atroz idea!

YAGO
(observando a Otelo)
Mi veneno trabaja.

OTELO
¡Culpable contra mí! ¡Contra mí!

YAGO
¡Sufre y ruge!

OTELO
¡Atroz! ¡Atroz!

YAGO
(dirigiéndose a Otelo
cordialmente)
No penséis más en ello.

OTELO
(con un salto)
¿Tú? ¡Atrás! ¡Vete!
¡Me has atado a la cruz! ¡Ay de mi!
La más horrenda que las injurias
es la sospecha.
En los momentos arcanos de su lujuria
¡que me han sido robados!
¿No me agitaba el pecho, un presagio?
Yo era valiente y dichoso; nada sabía.
No notaba sobre su cuerpo divino
que me enamora
ni sobre sus labios engañosos
los ardientes besos de Cassio,
¡y ahora!... ¡y ahora!...
Para siempre adiós, santos recuerdos.
¡Adiós, sublimes pensamientos!
¡Adiós, resplandecientes victorias,
dardos veloces y alados corceles!
¡Adiós, estandarte sacro y triunfal
y cornetas resonantes en la mañana!
¡Clamores y cantos de batalla, adiós!
¡Este es el fin de la gloria de Otelo!

YAGO
Calma, señor.

OTELO
¡Desgraciado! Dame una prueba
de que Desdémona es impura...
¡No intentes huir! ¡De nada te servirá!
¡Quiero una prueba segura, visible!
¡O si no, que sobre tu cabeza
se precipite el rayo del furor
que en mí despiertas!

(Coge a Yago por la
garganta y lo tira al suelo. )

YAGO
¡Divina gracia, protégeme!

(Levantándose)

El cielo os proteja.
Ya no soy vuestro alférez.
Quiero que el mundo me sea testigo
de que la honradez es un peligro.

(Va a salir)

OTELO
¡No!... ¡deténte!.
Puede que seas honrado.

YAGO
(en el umbral, fingiendo salir)
Más me valiera
que fuera un embaucador.

OTELO
¡Por el universo!
Creo leal a Desdémona
y creo que no lo es;
te creo honesto y te creo desleal...
¡Quiero una prueba!
¡Quiero una certeza!

YAGO
(volviendo hacia Otelo)
Señor, frenad esas ansias.
¿De qué certeza tenéis necesidad?
¿De verlos abrazados... quizá?

OTELO
¡Ah, muerte y condenación!

YAGO
Ardua empresa será, ¿Qué certeza
esperáis si aquel inmundo hecho,
siempre se os escapará?...
Sin embargo, si la razón guía
hasta la verdad,
una fuerte conjetura reservo que,
os conducirá poco menos que
a la certeza. Escuchad.

(Acercándose a Otelo y en voz baja)

Era de noche, Cassio dormía,
y yo estaba a su lado.
Con voz entrecortada traicionaba
su intimo placer.
Movía lentamente los labios,
en el abandono del sueño ardiente
y decía con débil sonido:

(Hablando en voz baja)

"¡Dulce Desdémona!
Que nuestro amor se oculte.
¡Seamos cautos!
El éxtasis del cielo me inunda."

Proseguía más vaga la dulce pesadilla;
luego con tierna angustia y
casi besando su imagen interior
añadió:

(Siempre en voz baja)

"Maldigo el cruel destino
que al moro te entregó".

Y entonces el sueño se convirtió
en un mudo letargo.

OTELO
¡Oh! ¡Monstruosa culpa!

YAGO
No he narrado más que un sueño.



OTELLO
Un sogno che rivela un fatto.

JAGO
Un sogno che può dar forma di prova
ad altro indizio.

OTELLO
E qual?

JAGO
Talor vedeste
in mano di Desdemona
un tessuto trapunto
a fior e più sottil d'un velo?

OTELLO
È il fazzoletto ch'io le diedi,
pegno primo d'amor.

JAGO
Quel fazzoletto ieri
(certo ne son) lo vidi in man di Cassio.

OTELLO
Ah! Mille vite gli donasse Iddio!
Una è povera preda al furor mio!
Jago, ho il cor di gelo.
Lungi da me le pietose larve!
Tutto il mio vano amor esalo al cielo,
guardami, ei sparve.
Nelle sue spire d'angue
l'idra m'avvince!
Ah! sangue! Sangue! Sangue!

(s'inginocchia, solenne)

Si, pel ciel marmoreo giuro!
Per le attorte folgori!
Per la Morte e per l'oscuro mar sterminator!
D'ira e d'impeto tremendo presto fia
che sfolgori questa man

(levando le mani al cielo)

ch'io levo e stendo!

(fa per alzarsi Jago lo
trattiene inginocchiato
s'inginocchia anch'esso)

JAGO
Non v'alzate ancor!
Testimon è il Sol ch'io miro,
che m'irradia e inanima
l'ampia terra e il vasto spiro
del Creato inter,
che ad Otello io sacro ardenti,
core, braccio ed anima
s'anco ad opere cruenti
s'armi il suo voler!

JAGO, OTELLO
(alzando le mani al cielo come chi giura)
Si, pel ciel marmoreo giuro!
Per le attorte folgori!
Per la Morte e per l'oscuro mar sterminator!
D'ira e d'impeto tremendo presto fia
che sfolgori questa man ch'io
levo e stendo!
Dio vendicator!

OTELO
Un sueño que revela un hecho.

YAGO
Un sueño que puede
probar otro indicio.

OTELO
¿Cual?

YAGO
¿Visteis alguna vez en
manos de Desdémona
una tela con flores bordadas,
más sutil que un velo?

OTELO
Es el pañuelo que le di
como primera prenda de mi amor.

YAGO
Ese pañuelo lo vi ayer,
estoy seguro, en manos de Cassio.

OTELO
¡Mil vidas le dé Dios pues una sola
es pobre presa para mi furor!
Yago, tengo el corazón helado.
¡Arrancaré lejos de mí toda piedad!
¡Mírame: Todo mi vano amor
ha desaparecido!
¡En sus espirales de serpiente
la hidra me atrapa!
¡Ah! ¡Sangre! ¡Sangre! ¡Sangre!

(arrodillándose, solemne)

¡Sí, por el cielo marmóreo juro!
¡Por los tortuosos rayos!
¡Por la muerte y por el oscuro mar!
¡Llena de ira y de furor tremendo,
pronto despedirá relámpagos mi mano

(Levanta la mano al cielo)

que levanto y extiendo!

(y está a punto de alzarse cuando
Yago se lo impide arrodillándose
a su lado.)

YAGO
¡No os levantéis aún!
¡Testigo es el sol que miro,
que me irradia y anima,
la amplia tierra y la vasta obra
de la Creación entera,
de que a Otelo consagro ardiente,
mi corazón, mi brazo y mi alma,
aunque para una acción cruenta
se alzara su voluntad!

YAGO, OTELO
(alzan las manos al cielo, jurando.)
¡Sí, por el cielo marmóreo juro!
¡Por los tortuosos rayos!
¡Por la muerte y por el oscuro mar!
¡Llena de ira y de furor tremendo,
pronto despedirá relámpagos mi mano
que levanto y extiendo!
¡Dios vengador!




es la primera vez que os pongo una opera asi , espero os guste saber de que va otello.

jueves, 22 de julio de 2010

RIGOLETTO.....

Rigoletto es una ópera en tres actos con música de Giuseppe Verdi y libreto de Francesco Maria Piave, basado en la obra teatral Le Roi s'amuse de Víctor Hugo. Fue estrenada el 11 de marzo de 1851 en el teatro La Fenice de Venecia.

Un intenso drama de pasión, engaño, amor filial y venganza que tiene como protagonista a Rigoletto, el bufón jorobado de la corte del Ducado de Mantua, esta ópera ofrece una combinación perfecta de riqueza melódica y fuerza dramática
Personajes
DUQUE de Mantua (tenor lírico)
RIGOLETTO, bufón del Duque (barítono dramático)
GILDA, hija de Rigoletto (soprano lírica o soprano ligera)
GIOVANNA, doncella de Gilda (mezzosoprano)
SPARAFUCILE, sicario (bajo)
MADDALENA, hermana de Sparafucile (mezzosoprano o contralto)
CONDE MONTERONE, noble (barítono)
CONDE CEPRANO, noble (bajo)
MARULLO, cortesano (barítono)
BORSA (barítono)
Coro de cortesanos, sirvientes, comparsa.
La acción se desarrolla en la ciudad de Mantua (Italia), durante el siglo XVI
Acto I
Cuadro 1. Se alza el telón y la escena se sitúa en un salón, en el palacio del duque de Mantua. El duque ha dado una fiesta y mientras se vanagloria de su nueva aventura de conquista hacia una desconocida joven del pueblo, apuesta miradas a la condesa Ceprano, a la vista de su marido. Marullo comunica a los cortesanos que el bufón Rigoletto oculta a una amante y como casi toda la corte ha sido víctima de las burlas de Rigoletto, todos quieren devolverle las ignominias. Monterone es otro a quien el Duque ha insultado a través de la deshonra a su hija y quien entra en escena reclamando venganza. El Duque manda a arrestarlo. Monterone es arrestado mientras proclama la famosa maledizione que traerá la perdición a Rigoletto.

Cuadro 2. Callejón sin salida y casa de Rigoletto con jardín; al otro lado de la calle el palacio del conde Ceprano. Rigoletto vuelve a casa preocupado por la maldición. Se le acerca un extraño, Sparafucile, un asesino profesional que ofrece sus servicios a Rigoletto. Entra en la casa y allí encuentra a Gilda, su hija (a quien los cortesanos habían tomado como su amante). Gilda vive escondida y resguardada por su padre. El duetto Figlia!, Mio padre! muestra la relación entre ambos: Rigoletto es un padre cariñoso y temeroso de perder a su hija; Gilda es una niña ansiosa de conocimiento, aunque respeta mucho a su padre. Rigoletto insiste en que Gilda no salga más que a misa y que la acompañe su doncella, Giovanna.

El duque aparece en acto y escondido se entera de que Gilda es en realidad la hija de Rigoletto y tras sobornar a Giovanna logra entrar en el jardín de la casa de Rigoletto y le declara su amor. El duque miente a Gilda sobre su identidad diciendo que es un estudiante y que su nombre es Gualtier Maldé. Afuera se oyen las voces de Ceprano y Borsa que planean el rapto de la supuesta amante de Rigoletto. El duque se marcha y Gilda se queda sola repitiendo el nombre de su enamorado, el Caro nome.

En la oscuridad de la noche los cortesanos se encuentran con Rigoletto a quien invitan a preparar el rapto de la esposa de Ceprano. Están todos enmascarados y Rigoletto ayuda, sin percatarse que está ayudando a raptar a su propia hija Gilda. Cuando Rigoletto se da cuenta ya es demasiado tarde. Lleno de angustia recuerda y proclama Ah, la maledizione
Acto II
La escena es en un salón del palacio del duque. El duque canta su desesperación Parmi vedar le lacrime al volver a casa de Gilda y no encontrarla. Entran los cortesanos y ofrecen al duque la supuesta amante de Rigoletto. El duque se da cuenta de que se trata de Gilda y va en su busca. Entra en escena Rigoletto pidiendo de vuelta a su hija, los cortesanos la niegan y el bufón encolerizado y desesperado dirige su Cortigiani, vil razza. Entra en escena Gilda, que descubre a su padre lo que le viene pasando desde hace algún tiempo: que se ha enamorado de un joven a quien veía todos los domingos en la iglesia, que la ha cortejado diciéndole que era un pobre estudiante, y que al ser raptada ha descubierto que en realidad se trataba del duque. Rigoletto planea vengarse del duque, mientras su hija pide que le perdone.

[editar] Acto III
A orillas de un río, casa de Sparafucile. Es de noche. Rigoletto ha encargado a Sparafucile asesinar al duque, pero antes debe desengañar a Gilda mostrando su comportamiento licencioso. Es cuando el duque canta la famosa aria que hace conocida a la obra, La donna è mobile. Entra en escena Maddalena, hermana y cómplice de Sparafucile, quien coquetea con el duque y éste sucumbe a sus encantos fácilmente. Rigoletto ordena a Gilda que se vaya a casa, coja dinero y vestida de hombre huya hacia Verona. El asesino y el bufón deciden que tras su muerte, el cuerpo del duque será puesto en un saco y arrojado al río.

Se desencadena una tormenta y el duque decide pasar la noche en la posada. Maddalena ha gustado del duque y trata de convencer a su hermano de que no lo asesine, sino al bufón. Sparafucile no puede asesinar a un cliente, amén de mostrar su preocupación por los diez escudos que aún le debe Rigoletto por terminar con el encargo, pero promete cambiarlo por el primer hombre que se presente en la taberna, si esto ocurre antes de la medianoche. Gilda ha desobedecido las órdenes de su padre y vuelve a la posada vestida de hombre. Ha escuchado toda la conversación de los hermanos, y conmovida por la pasión de Maddalena, decide sacrificarse para salvar al hombre del que se ha enamorado. Entra en la taberna pidiendo asilo, haciéndose pasar por un mendigo. De inmediato, Sparafucile la alcanza con su mortífero puñal.

Acaba la tormenta y Rigoletto entra en escena. Sparafucile le entrega el saco con el supuesto cuerpo del duque. Cuando se dispone a arrojarlo al río oye la voz del duque desde el interior de la posada. Horrorizado, abre el saco y ve a su hija agonizante aún. Gilda y su padre se arrepienten de lo ocurrido y se piden mutuamente perdón. La escena termina con el lamento desgarrador de Rigoletto en que recuerda la maledizione de Monterone.

Historia de la obra
A primeros de 1851, el teatro de La Fenice de Venecia invitó a Verdi a componer una nueva ópera para ser estrenada allí. Verdi eligió el drama francés Le roi s’amuse (El rey se divierte) del escritor Víctor Hugo, aún a sabiendas de que esta obra había estado censurada en París, acusándola de manifestar el libertinaje de un rey. Por eso mismo, Verdi aceptó desde un principio modificar los nombres y los lugares siempre que pudiera conservar el núcleo del drama.

Pero tres meses antes del estreno llegó de nuevo la censura que vetó el libreto. El comunicado decía así: El gobernador militar de Venecia, señor Gorzowski, deplora que el poeta Piave y el célebre músico Verdi no hayan sabido escoger otro campo para hacer brotar sus talentos, que el de la repugnante inmoralidad y obscena trivialidad del argumento del libreto titulado La Maledizione. Su Excelencia ha dispuesto pues, vetar absolutamente la representación y desea que yo advierta a esta Presidencia de abstenerse de cualquier ulterior insistencia al respecto...

El asunto se resolvió gracias a la diplomacia de los administradores del teatro. Se trasladaron a Busseto y allí se pusieron de acuerdo con Verdi y el libretista para que se cambiasen al menos cinco puntos:

Trasladar la acción de la Corte de Francia a una Corte menor.
Cambiar los nombres de los protagonistas inventados por Víctor Hugo.
Cambiar la escena en que el libertino posee una llave para acceder al cuarto de la protagonista por otra distinta que respete la necesaria decencia.
La visita del rey a la taberna será casual y no dictada por bajos propósitos.
Verdi aceptó estos condicionantes y el contrato se firmó. Las firmas fueron tres: Verdi, Piave y Guglielmo Brenna, secretario de La Fenice. Así fue cómo nació la ópera Rigoletto que hoy se conoce. Verdi se propuso en esta obra conciliar la estructura tradicional del melodrama con la complejidad del protagonista, Rigoletto, y eso no lo pudo cambiar la censura con sus condiciones. El bufón Rigoletto es un personaje verdiano, que se mueve entre el afecto por su hija y el odio por el Duque y los cortesanos. Es exactamente lo que Verdi quería realizar.

martes, 20 de julio de 2010

DON CARLO

Don Carlo es una ópera de Giuseppe Verdi, con libreto original de François Joseph Méry y Camille du Locle, basado en el drama Dom Karlos, Infant von Spanien de Schiller. La Ópera de París se la encargó a Verdi como parte de los actos que rodearían a la Exposición Universal de 1867. Fue finalmente estrenada en París, el 11 de marzo de 1867. La versión francesa está dividida en cinco actos y el estilo de la obra se amolda a la Grand Opéra francesa.

Después del estreno francés, Verdi redujo la obra a cuatro actos y utilizó la traducción del libreto al italiano de Achille de Lauzieres y Angelo Zanardini. El estreno italiano tuvo lugar en La Scala de Milán el 10 de enero de 1884. Esta versión es quizás la más conocida y representada, y lleva el nombre de Don Carlo.

Dos años más tarde Verdi decide escribir una tercera versión, rescatando el primer acto y suprimiendo otros partes (como el ballet que siempre se incluía en una ópera francesa). Esta versión se estrena en Módena el 26 de diciembre de 1886, y es la que se ha venido representando con más frecuencia.

La ópera fue poco representada durante la primera mitad del siglo XX, pero durante el período de posguerra se ha convertido en parte del repertorio de ópera estándar. Se han hecho varias grabaciones de la versión francesa e italiana, y se representa con regularidad.

En España se estrenó el 27 de enero de 1870, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, cantada en italiano. El 27 de enero de 2007, en el mismo teatro, se estrenó por primera vez en España la versión en francés completa
La ópera se desarrolla en bosque de Fontainebleau, París (en el primer acto de la versión de cinco actos) y en España, aproximadamente en 1560, durante el reinado de Felipe II de España.

Los hechos históricos rodean y dirigen gran parte del drama. Para Verdi esta ópera representaba la lucha de la libertad en contra de la opresión política y religiosa, representadas en los personajes de Felipe II y el Gran Inquisidor. Los hechos referenciados son el tratado de paz de Cateau Cambrésis que ponía fin a la guerra entre España y Francia, reafirmado con el matrimonio de Felipe e Isabel de Valois, quien antes había estado prometida con el Príncipe Carlos, la Contrarreforma, la Inquisición y la rebelión de los calvinistas en Flandes, Brabante y Holanda.
Los personajes son:

Don Carlo, príncipe (tenor)
Felipe II, rey de España, su padre (bajo)
Isabel de Valois, princesa de Francia (soprano)
La princesa de Eboli (mezzosoprano)
Rodrigo, marqués de Poza, amigo del príncipe y confidente del rey (barítono)
El gran Inquisidor (bajo)
Conde de Lerma (tenor)
Un monje (bajo)
Una de las circunstancias más curiosas que rodean el estreno de esta Opera es que, como ya le ocurriera a Wagner, tanto la Opinión Popular, como la Crítica más especializada, se ensañaron con Verdi, y con la aparente irreverencia de la obra en tanto que no respetaba a priori los cánones que toda obra con aspiraciones a ser estrenada en París debía cumplir, a saber: presentar una irrenunciable estructura en cinco partes; no contener ningún dialogo prosaico, o que es lo mismo, estar totalmente cantada y, por supuesto, contener un ballet en el tercer acto; en ése y sólo en ése. El no cumplimiento de tales exigencias por parte del autor, unido al hecho de la presencia como invitada excepcional de la Infanta española, hicieron del día después del estreno un auténtico calvario para el autor quien, sin duda no supo medir correctamente las implicaciones de estrenar una obra en la que la Corte Española de Felipe II, incluido el propio monarca, a quien veladamente se acusa en la obra de ser el culpable de la muerte del Infante Don Carlos, no sale lógicamente bien parados.

lunes, 19 de julio de 2010

AIDA......

Aída es una ópera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto de Auguste Mariette, compuesta para la inauguración del Canal de Suez pero estrenada después del 24 de diciembre de 1871 en el Teatro de Ópera de El Cairo. En ella Verdi se acercó al género de la Grand Opéra, creando una obra espectacular, de gran despliegue escénico (grandes coros y escenas, efectos especiales, etc.) La representación fue grandiosa, como detalle citaremos que la corona que ceñía Amneris era de oro macizo y las armas de Radamés de plata. Fueron sus protagonistas la soprano Antonietta Pozzoni (Aída), el tenor Pietro Mongini (Radamés), la mezzosoprano Eleonora Grossi (Amneris) y el barítono Francesco Steller (Amonasro) entre otros; el foso estaba dirigido por Giovanni Bottesini . Es una de las óperas más populares del compositor italiano
Acto 1: Celeste Aída. Al comienzo del acto inicial, Radamés se enternece y entona una romanza para proclamar su amor por Aída. Se trata de una página en cuyo recitativo "se quel guerrier io fossi" oímos al militar que espera ser designado caudillo de su pueblo en la guerra contra los etíopes. Luego se expresa el enamorado: la gloria que anhela le servirá para coronar a Aída y subirla a "un trono junto al sol". Con estas palabras termina el tenor una difícil aria, que lleva su voz en tres ocasiones al si bemol agudo. El hecho de que el último de éstos haya de cantarse pianíssimo y recién salido a escena con garganta fría, hace de esta romanza una de las más temidas por los tenores. De hecho, el famoso tenor francés Roberto Alagna fue abucheado en la Scala de Milán luego de su interpretación de esta célebre aria.
Acto 1: Ritorna vincitor. Al final del cuadro primero del primer acto, Aída hace suyas las palabras con que los egipcios saludan a Radamés, recién nombrado general del ejército, deseándole la victoria. Ella también quiere el éxito de su amado y supone, al tiempo, la derrota de su padre Amonasro, rey de los etíopes. Amor y deber patrio luchan en el corazón generoso de la angustiada joven, que al final de la página ruega compasión a los dioses ("numi, pieta")
Acto 2: "Nel rivederla, il dubbio atroce in me si desta". En el cuadro primero del segundo acto, se produce el enfrentamiento entre Aída y Amneris: la princesa egipcia interroga con astucia a la esclava que, involuntariamente, descubre su amor por Radamés. Amneris se revela como su rival y la obliga a acompañarla a la celebración del triunfo. El contraste entre las tesituras de las dos voces (soprano y mezzosoprano), la sutilezas de la orquestación y el empleo de los temas musicales asociados a los dos personajes son elementos manejados por Verdi de modo admirable.
Acto 2: "Gloria all'egitto". Escena de enorme espectacularidad que sirve de justificación a colosales montajes. El coro inicial (gloria all'egitto) fue adoptado por el jedive que encargó la ópera a Verdi como himno nacional.
Acto 3: "Oh patria mia". La inspiración de Verdi y su talento como orquestador y dramaturgo alcanzan en el acto tercero un punto culminante. Casi todo el acto está dominado por Aída, casi omnipresente, lo que plantea a su intérprete un arduo problema: dos espléndidos y largos dúos - con su padre primero y con Radamès después- someten a durísima prueba su capacidad musical y su preparación técnica. Pero además, previamente aún ha de enfrentarse este personaje a una romanza que no figuraba en el estreno de El Cairo y que Verdi escribió para la soprano Teresa Stolz: "O patria mia", en la que la joven recuerda su tierra natal, que nunca volverá a ver.
Acto 4: En el último acto, destaca la gran escena de Amneris, sola primero y con Radamés luego, cuyo amor trata de alcanzar en vano: el joven, traidor involuntario a su patria y sin posibilidad de recuperar a Aída sólo desea morir. Sigue el juicio y condena de Radamés, lo que provoca la ira de Amneris, que llama a los sacerdotes de Isis "tigres sedientos de sangre". Aída se cierra en un precioso adiós a la vida: Radamès, enterrado vivo, descubre en la tumba a su amada y ambos unen sus voces en el célebre "O terra, addio", mientras Amneris, impotente y profundamente dolorosa, implora a los dioses egipcios que su adorado Radames pueda descansar en paz, ignorando que en su tumba Aída lo acompañará eternamente.
[editar] Personajes
Aída: esclava etíope, hija de Amonasro (soprano)
Radamés: capitán de la guardia egipcia (tenor-spinto)
Amneris: hija del rey de Egipto (mezzosoprano)
Amonasro: rey de Etiopía (barítono)
Ramfis: sumo sacerdote de Egipto (bajo)
Rey de Egipto (bajo)
Mensajero (tenor)
Sacerdotisa (mezzosoprano)
Sacerdotes, sacerdotisas, curas